El futbolista, que ha declarado este lunes por segunda vez ante la jueza del caso para dar su quinta versión de los hechos, está muy adaptado a la vida en la prisión de Brians II, donde ingresó el pasado 21 de enero. Dani Alves ha pasado de estar aislado en su celda a convertirla en una improvisada discoteca por la que los funcionarios de prisión tuvieron que llamarle la atención: "No eran horas ni lugar para fiestas".
Y es que, según la periodista Mayka Navarro, el todavía marido de Joana Sanz se animó unas horas antes de regresar al juzgado y convirtió su pequeño cubículo en un sambódromo para ofrecer una batucada al resto de sus compañeros: "Lo golpeaba todo y los trabajadores de la prisión tuvieron que entrar a llamarle la atención". Un episodio que no le ayuda en la obtención de su gran objetivo: la libertad provisional hasta que se celebre el juicio. Una de las bazas de su defensa es la actitud de Alves, cuya defensa apunta a que es "colaborativa, integrada y obediente" y a la que no esperaban tener que añadir "fiestera".
Este lunes, el ex jugador del F.C Barcelona ha visitado la sede judicial para declarar, por voluntad propia, ante la jueza que instruye su caso. Alves ha admitido por fin que mantuvo relaciones sexuales con penetración vaginal con la mujer que le acusa de violación, algo que negó en su primera declaración para, según él, evitar que su esposa descubriera su infidelidad. El acusado ha cambiado su relato ante la imposibilidad de negar la evidencia, pues las pruebas médicas realizadas a la presunta víctima indicaban que había semen de Alves en la vagina de la mujer, aunque él mantiene que la relación fue consentida.
Los hechos ocurrieron el pasado 30 de diciembre en la discoteca Sutton de Barcelona, donde Alves disfrutaba en un reservado privado con unos amigos. Invitaron a unas chicas a acompañarles y él acabó con una en los baños. La joven denunció la presunta violación en cuanto él abandonó la discoteca y ha renunciado a la posible compensación económica para demostrar que no tiene mayor interés que el de buscar justicia.