Desde que falleció su Aless, hace ya tres años, el único sentido que Ana Obregón le veía a su vida era cumplir los deseos que tenía su hijo: su fundación, su libro y, según confesó él mismo en una entrevista, tener un hijo.
Y eso es a lo que la bióloga se ha dedicado en cuerpo y alma durante este tiempo. Los dos primeros deseos, como ya se ha contado estos días, ya los ha cumplido. El libro se publicará en unos días. Y para el último habrá que esperar a saber si realmente es cierto que lo ha cumplido.
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Al margen de toda esta polémica, la hoja de ruta seguida por Ana Obregón para ser madre a los 68 años no ha sido un camino de rosas. De hecho, ha habido momentos que los ha vivido con cierto temor. Fuentes cercanas a la actriz lo confirman en exclusiva a Informalia: "Ha pasado un par de meses bastante angustiada porque el embarazo pudiera sufrir un contratiempo. No toda la gestación ha sido maravillosa y hubo un momento en el que se preocuparon. Ana ha vivido aterrorizada en determinados momentos, pero, por suerte, todo ha ido bien y ya tiene a la pequeña en sus brazos".
Como nos apuntan, "Ana había puesto todas sus esperanzas en este embarazo y no hubiera podido soportar más golpes en su vida, como que este proceso de gestación no llegara a buen puerto. Aunque en el más absoluto de los secretos, ella ha estado todos estos meses preparándose para la llegada de su bebé y se y organizando meticulosamente todos los detalles para cuando naciera".
La situación personal entre Ana Obregón y Lequio, y hasta qué punto él está implicado
Por eso no quiso contárselo prácticamente a nadie: "Prefería guardárselo para ella. Viajar cuando fue necesario sin levantar sospechas y gestionarlo todo. De ahí que ahora para el parto también haya estado casi sola. Cualquier otra persona en su misma situación hubiera viajado acompañada de algún familiar. Nadie hace este proceso tan solo si no es por un motivo muy concreto", nos aseguran. El verdadero grado de implicación del padre de su hijo, el fallecido Aless, lo veremos cuando se confirmen detalles de la noticia. De momento sabemos que la niña se llama Ana Lequio, nombre con el que la ha registrado, tal y como hemos publicado en primicia.
Alessandro Lequio señaló a sus íntimos Susana Uribarri y Raúl Castillo como posibles topos de la filtración de su maternidad, una filtración que ha permitido que se la fotografiara al salir del hospital. Pero Ana se apresuró a desmentirlo, tal y como habían hecho antes su representante y su amigo.
Lequio contó primero que "lo sabía todo", para después matizar le faltaban "algunos detalles" y mostrarse contrariado. Ha dejado entrever que lo está pasando mal y que le incomoda tremendamente esta situación. Los últimos tres años tampoco han sido nada fáciles para él, pero vive resignado y recordando cada día a Aless. Pero lo hace en silencio, sin publicidad.
Él nunca estuvo de acuerdo con la decisión de Ana de volver a ser madre, y no digamos si además la criatura le implica a él. Así se lo hizo hecho saber a su ex cuando le contó sus intenciones. Sin embargo, Ana ha querido que se supiera que él era conocedor de esta gestación. Es probable que, ante el revuelo que se estaba montando, quisiera dejar claro que Lequio. Otra cosa es que supiera "todo", como dijo el intaliano.