La cantante ha aprovechado este Domingo de Ramos para marcharse con sus hijos y hacerlo de forma definitiva. Primero se va de vacaciones de Semana Santa. Después no volverá a Barcelona, sino que aterrizará directamente en Miami. Así las cosas, Shakira comienza una nueva vida con sus hijos tras más de una década en Barcelona. Tras su tormentoso final con Gerard Piqué, es hora de comenzar de nuevo.
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La de Barranquilla ha llegado al aeropuerto de Barcelona acompañada por los pequeños Milan y Sasha y su inseparable hermano Tonino. La artista agradecía a la prensa las palabras de cariño hacia ella con un "gracias". Además, antes de entrar a las instalaciones del aeropuerto, ha lanzado un beso los periodistas. La intérprete de Session 53, sus hermanos y sus hijos han cogido un vuelo privado, sus padres lo harán más adelante.
"Pero las cosas no son siempre como las soñamos. A veces corremos pero no llegamos. Nunca dudes que aquí voy a estar...", ha escrito la compositora en Instagram, junto a una foto desde el avión. Un mensaje muy significativo para decirle adiós a una etapa determinante y emprender otra.
Sus dos hijos comienzan el colegio el próximo martes 11 de abril en el Miami Country Day, un exclusivo centro a la altura del bolsillo de sus padres. Cuesta un auténtico pastizal: entre los 33.000 y los 46.000 dólares anuales.
Piqué se dejó ver este sábado por la tarde en las inmediaciones del domicilio de la artista. Recogió a sus hijos, pasó tiempo con ellos y también los llevó a casa de sus padres para que pasaran tiempo con sus abuelos. El ex central del Barça habría cogido un tremendo enfado por la marcha de la estrella colombiana por la forma en la que esta se ultimó.
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Cabe recordar que una vez firmado el convenio con Piqué, Shakira tenía permiso para mudarse a Miami sin ningún tipo de restricción temporal. De hecho, estaba previsto que se mudaran a principios de año pero se acabó atrasando debido a los inconvenientes que ha tenido por el estado de salud de su padre. Lo único que la retenía en España era la salud de William Mebarack, de 91 años, pero como finalmente no podrá ser operado en Barcelona, ya nada la ata aquí.
