Hace seis años que el queridísimo piloto de MotoGP falleció en un accidente de quad en Ibiza, donde tenía su refugio veraniego. Ángel Nieto (70) conducía su vehículo cuando fue embestido por un coche. Su casco, que iba puesto pero no abrochado, salió disparado y sufrió un traumatismo craneal grave que le ocasionó la muerte seis días después. La aparición de tres nuevos testigos, que no fueron tomados en consideración antes, ha obligado a reabrir el caso y ha dado un giro a los acontecimientos.
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Esas tres personas declararon el pasado martes y aportaron un dato clave en la investigación: la velocidad del otro conductor, una mujer alemana, que afirmó en su momento que Nieto había parado en seco con su quad y no había podido esquivarlo porque, entre otras cosas, los indicadores traseros de luz estaban tapados por barro. Según los testigos, la señora iba a una velocidad muy superior a la permitida: "La dueña del Fiat circulaba más deprisa que el quad y, en el momento de la colisión, lo arrastró y el golpe fue muy fuerte. La velocidad del Fiat era excesiva", ha declarado uno de ellos. Esta nueva versión de los hechos da un giro de 180 grados al caso, pues la imprudencia de la señora ha pasado de ser una falta leve (como se determinó en su momento) a una acusación de homicidio imprudente.
La familia Nieto está satisfecha con la reapertura aunque se muestra sorprendida: "Se tiene que saber la verdad. Que aparezcan nuevos testigos de repente es algo que a mí personalmente no me cuadra mucho. Está claro que hubo un error desde el principio", ha dicho Pablo Nieto, uno de los hijos del fallecido.
Hay que recordar que el caso se archivó en un primer momento pues la causa de la muerte de Ángel Nieto, traumatismo craneoencefálico, se atribuyó al hecho de que el piloto no llevaba su casco adecuadamente abrochado y, por tanto, salió volando en la colisión. La viuda, Belinda, firmó un acuerdo con la aseguradora y recibió 900.000 euros en concepto de indemnización por la muerte de su marido.