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Mosquera no habla de Rociíto pero está atenta a la serie que prepara de Pedro Carrasco por si hay que denunciar

Como ya hemos informado, tan solo un 6,8 por ciento de la audiencia se interesó por el programa de Julia Otero que recuperó a Rocío Carrasco en el prime time tras ser vetada en Mediaset. El pasado miércoles, Días de tele se hundió y aunque el pobre balance no se puede achacar exclusivamente a Rocío Carrasco, al menos queda claro que la presencia la hija de la fallecida Rocío Jurado no sirve como reclamo. En Mediaset pensaron que ya cansa a los televidentes.

Tiene cerradas las puertas de Telecinco y Cuatro, fracasa en TVE, no la quieren en Antena 3 y La Sexta. Por tanto, el universo televisivo de las grandes cadenas no refleja ya el menor interés por una Rociíto que hoy basa su economía en lograr el éxito con el espectáculo musical que recrea las canciones más emblemáticas de su madre, entonadas por su íntima amiga Anabel Dueñas.

Es época de vacas flacas, a su marido Fidel no le conocemos trabajo fijo y a ella tampoco. Se les acabó el constante goteo de cheques por contar sus desgracias y enfrentamientos familiares en forma de docudrama en Telecinco, donde ahora figura en la lista de los innombrables. Ha caído en desgracia, al igual que el resto de su familia, los buenos y los malos, a los que los sucesores de Paolo Vasile no quieren ver en sus programas.

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Su próximo proyecto es sacar adelante una serie biográfica sobre su padre, Pedro Carrasco, y ya veremos cómo trata la etapa en la que el campeón de boxeo estuvo unido a la peluquera Raquel Mosquera, enemiga irreconciliable de Rociíto. La viuda del deportista ya ha advertido que tengan cuidado con esa serie, porque de faltar a la verdad o atentar a su honor, intimidad o  imagen llevará a la hija de la más grande a los tribunales.

A Mosquera, que está participando por segunda vez en el reality Supervivientes, ya le han advertido que se muerda la lengua y no hable de la Carrasco. No es un consejo, sino una orden. Y muy clara.

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