"Carolina trátame bien, no te rías de mí, no me arranques la piel...". La canción más conocida de M Clan se nos pegó como un chicle y el estribillo bautizó a más de alguna Carolina nacida ahora hace 23 años. Corría el año 2000 y nuestra Carolina tenía 30 años, tres menos de los que cuenta ahora su hijo, prometido de Tamara Falcó, de 41 años.
Cuando salió la Carolina de M Clan, Íñigo Onieva tenía ya 11 añitos. Su madre, que ha pasado dos veces por el altar, estaba casada por entonces con Íñigo Onieva padre, director global de E-Commerce del Grupo Barceló, con el que tuvo en total tres hijos, incluido el futuro yerno de Isabel Preysler.
Tras divorciarse, la empresaria se quedó en la madrileña casa familiar de La Moraleja, mientras que el padre de Íñigo se instaló en México. Allí volvió a casarse y tuvo un cuarto hijo, Willy. La que será madrina en la boda del año rehízo su vida con José Ignacio de Guadamillas, un empresario del sector inmobiliario, con el que contrajo matrimonio en 2017. Su historia de amor acabó el pasado verano, en pleno huracán mediático con Tamara e Íñigo dando más titulares ellos solos que Shakira y Piqué. O por ahí.
Cuando los Onieva fueron contagiados con el virus de la fama que la hija de Isabel Preysler transmite casi sin emplearse, muchos aseguraron que Carolina Molas estaba feliz por saltar a los medios de comunicación. Dijeron que le encantó que en cuanto se le puso cara la prensa ensalzara su gran belleza y su espectacular físico. Que incluso se dejaba caer por donde había cámaras para que le preguntaran y así salir en televisión. Sin embargo, nada de eso era cierto. Carolina no es así. Todo lo contrario. A la futura suegra de Tamara no le gusta haberse convertido en personaje público.
Según ha podido saber Informalia, Carolina Molas, a través de sus abogados, ha enviado un escrito a varios medios de comunicación para pedir que no hablen de ella y que dejen de emitir imágenes suyas, puesto que de lo contrario iniciará acciones legales.
Según refleja el documento, al que ha tenido acceso Informalia, la madre de Íñigo Onieva denuncia "la persecución y hostigamiento que ha venido sufriendo los últimos meses". También señala que "es y siempre ha sido una persona privada, absolutamente celosa de su intimidad y la de su entorno". Por eso pide a los medios de comunicación que "se abstengan de publicar y/o difundir informaciones y/o imágenes" sobre ella y su entorno.
Lo que desconocemos es si también habrá enviado el comunicado a su nuera para que deje de hablar de ella (ante los medios), porque si hay alguien que habla de Carolina Molas ante cámaras y micrófonos y en platós esa es Tamara. También desconocemos si le obligaron a ponerse con su hijo delante de las cámaras cuando este realizó sus primeras declaraciones después de saberse que Tamara le había dejado, unas declaraciones cuya expectación e interés informativo iba a suponer que esas imágenes se vieran en todos los medios nacionales y muchas veces.
Entendemos también que su papel de actriz de reparto en la película documental de Tamara en Netflix no fue voluntario. Mal que le pese, Carolina Molas se ha convertido en personaje público, y no porque su hijo se vaya a casar con Tamara Falcó, sino porque ella ha participado voluntariamente de informaciones de interés público, se ha parado voluntariamente a dar declaraciones en la puerta de su casa y a informar de cómo se encontraba su hijo tras la ruptura con Tamara. Además, aseguran que posará con su hijo y Tamara en la exclusiva que concederán por su enlace. Solo faltaba que la madrina no saliera.
"Carolina trátame bien, no te rías de mí, no me arranques la piel..."
Pero Carolina Molas no solo es la futura consuegra de Isabel Preysler. La guapa madre de Íñigo Onieva es CEO de Cemevisa, empresa que fundó su padre, Carlos Molas, que se dedica a la venta y distribución de electrodomésticos. De hecho, su papel como empresaria de éxito le ha reportado más de un premio por su buena gestión al frente de la compañía, como el recibido el año pasado: CEO del Año en Distribución de Electrodomésticos de Consumo. Por esto también ha salido en prensa en numerosas ocasiones.