Jacobo, el hijo de Jaime Ostos, vuelve a estar en el centro de la polémica. Esta vez, por propinarle un puñetazo a Miguel Frigenti en una discoteca de Madrid, como aseguran desde Fiesta. Un fuerte golpe por el que el periodista tuvo que acudir al hospital.
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"Miguel fue a trabajar, estaba trabajando y llegó Jacobo y le dio un puñetazo sin venir a cuento. Está con dolores de cabeza. La gente les separó, echaron a Jacobo de la discoteca y ahora él está en el hospital porque le duele la cabeza y tiene la cara hinchada, se encuentra mal", contó Fani Carbajo en el programa de Telecinco.
Según la versión de Jacobo, que envió un mensaje a Alejandra Rubio, nada de lo que cuentan ocurrió. "Él al principio me lo niega, me dice una frase que me ha sorprendido mucho, me ha puesto 'a los muertos hay que respetarlos'". No obstante, el dueño del club en el que estaba confirman la versión de Fani.
"Jacobo me dijo que él se acerca a Miguel y le dice esa frase, imagino que Miguel en algún momento habría hecho un comentario de su padre, pero él me dice que se ha ido de la discoteca por su pie y con el director de la sala Onassis. Llamo al director y me dice 'él llegó y sin mediar palabra vio a Miguel, se quitó el reloj y se lo guardó, y sin mediar palabra le dio un puñetazo, que le tiró al sofá y no se pudo ni defender. Yo le eché de la discoteca y no volverá a trabajar conmigo'", explica Aurelio Manzano.
La versión de Jacobo Ostos
Tras escuchar a los colaboradores, el hijo del torero entró por teléfono a Fiesta para contar su versión de los hechos y asegura que no le dio un "puñetazo" a Miguel Frigenti sino "una bofetada correctora".
"El día 8 de enero de 2022 fallece mi padre y tres horas después tengo que soportar que esta persona (Miguel) hable de mi padre recién fallecido sin respeto alguno. Ayer, esta misma persona tuvo la suerte de estar en el mismo lugar que yo. Y os digo que tuvo suerte porque a esta persona había que darle una bofetada correctora con la mano abierta para que le enseñaran el respeto que hay que tener a una persona fallecida".
"Me miró con una sonrisa sarcástica y diría que amenazante y riéndose. Le dije que a los muertos hay que tenerle respeto y, acto seguido, le di una bofetada que se quedó sentado en el sofá. Se quedó trabajando con la cara calentita", añadió.