La actriz, icono sexual del Hollywood de los años 60 y 70, ha fallecido este miércoles a los 82 años tras una breve enfermedad. Pasará a la historia del séptimo arte con sus interpretaciones en Hace un millón de años, Cocoon, Los tres mosqueteros o 100 rifles, el western que la trajo al desierto de Almería y en el que mostró su cara menos amable.
La diva aterrizó en el aeropuerto de Barajas con pocas ganas de atender a la prensa y se la quitó de encima a base de botellazos: uno de ellos impactó de lleno en el fotógrafo del extinto diario Informaciones. Pero claro, sus motivos tenía, y es Raquel Welch había viajado a España con sus dos hijos, Tahnee y Damon, a espaldas de su ex marido, James Welch. Ya en Almería, el equipo de la actriz suplicó a los reporteros que no fotografiaran a los menores, pues su madre podría ser acusada de secuestro. A cambio, los recibió a todos en la suite de un exclusivo hotel de Aguadulce, con una imponente minifalda y un escote de vértigo.
No fue la única anécdota de aquel rodaje salvaje. La protagonista, entonces casada con Patrick Curtis, se acostó con su compañero de reparto, Sancho Gracia (que también estaba casado y acababa de ser padre). Cuando el marido se enteró, persiguió al español pistola en mano y la Guardia Civil tuvo que personarse para que la sangre no llegara al río: acabaron todos en el cuartel. A Welch, sin embargo, no debió parecerle grave la situación porque pocas semanas después fue el también intérprete español Aldo Sambrell el que disfrutó de una tórrida noche de pasión con El Cuerpo.
La actriz regresó a España dos veces más: en el 73 y en el 74 para rodar Los tres mosqueteros y su secuela, basadas en la obra de Dumas y que le otorgaron un Globo de Oro a la Mejor Actriz de Comedia. En el 85 viajó a Barcelona para promocionar una marca de cava en un spot navideño.