Vargas Llosa, la madre de sus hijos, el rey y Preysler, que "no se encuentra bien"

"Seguramente". Esa fue la respuesta de Juan Carlos I a la pregunta de los periodistas desplazados a París sobre si volvería pronto a España. Al finalizar el acto de ingreso de Mario Vargas Llosa en la Academia Francesa de la Lengua, junto a su hija Cristina, el rey contestó a los reporteros que le preguntaron por su salud. "Estoy bien", dijo, y añadió: "Me alegro de veros".

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El aspecto de don Juan Carlos, que cumplió 85 años el pasado 5 de enero, ha mejorado desde su última aparición en el funeral por el ex rey Constantino en Atenas. Más delgado, muy elegante con traje azul marino y chaleco y corbata fucsia, el anterior jefe del estado parecía contento de estar en París, donde por cierto fue muy bien acogido. El protocolo de la Academia le dio trato de rey en ejercicio.

La asistencia de don Juan Carlos, invitado por el escritor hispano-peruano, ha supuesto su segunda salida en poco tiempo (que sepamos) de su residencia en Abu Dabi. Según explicó uno de los participantes en el solemne acto académico de París, fueron el rey Juan Carlos y el presiente Felipe González quienes (en 1993) hicieron posible la nacionalidad española del escritor, cuando el gobierno dictatorial de Perú estaba a punto de despojarle de la suya. En correspondencia, Vargas Llosa ha querido mostrar al rey emérito, su agradecimiento por aquel importante gesto. Además, el marqués de Vargas Llosa ostenta el título nobiliario creado el 3 de febrero de 2011 por su ilustre invitado de este jueves, el rey Juan Carlos I. Lo otorgó para reconocer la labor del escritor, Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986), Premio Cervantes (1994) y Premio Nobel de Literatura.

La ceremonia

En la ceremonia y sus prolegómenos hemos visto que la familia del autor de La tía Julia y el escribidor es de nuevo una piña, como lo era antes del romance del padre con Isabel Preysler, infidelidades aparte. Dos de los hijos del autor de La fiesta del chivo han reaccionado a los reproches de Isabel hacia su ex amante, en el número de Hola de esta semana, donde le reprocha "haber caído muy bajo", al hacer (supuestamente y según interpreta la socialité) mofa de Tamara Falcó por sus creencias religiosas y su afición a la gastronomía. "¿Quién se cree esta señora? Nosotros no le tenemos miedo", han contestado a la filipina.

Patricia Llosa ocupó la primera fila de invitados junto a sus hijos y algunos de sus nitos, muy cerca de los asientos donde estaban don Juan Carlos y la infanta. La cara de satisfacción de la ex mujer del escritor era visible, estaba en el puesto que le habían arrebatado hace ocho años. Otra cosa es que en algún momento del largo discurso del padre de sus hijos pareciera dormida. Por su parte, Vargas Llosa quiso dejar claro en París que había sido él personalmente quien había invitado a Patricia y pedido que le acompañara. Porque lo cierto es que su mujer tuvo mucho que ver con sus éxitos literarios, fue quien manejó su carrera, su agenda, la economía familiar y cuidó y educó a sus hijos, dejando que su marido solo se ocupara de escribir.

A nadie deben mi padre y su obra tanto como a ella. Mi padre lo ha proclamado muchas veces en público, nos lo repite a menudo en privado. Nadie merecía estar en primera fila más que ella. La mujer de su vida, dicen los cursis. No sólo los cursis. Los inmortales también. pic.twitter.com/VGKjtYECDb

— Álvaro Vargas Llosa (@AlvaroVargasLl) February 9, 2023

Humor y alegría antes de la gran sesión solemne "sous la Coupole". pic.twitter.com/Ow2yU75Glx

— Álvaro Vargas Llosa (@AlvaroVargasLl) February 9, 2023

A punto de cumplir 87 años, puede decirse que ha sido el gran día del escritor pero también el triunfo de Patricia y de sus hijos. El literato ha vuelto a casa con los suyos, como siempre. Para ellos, su affaire con Isabel Preysler fue solo un error que se ha remediado a tiempo.

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Decían esta tarde en un evento al que Isabel estaba invitada que este jueves no se encontraba bien. Y no es extraño: hace solo dos meses Preysler se veía en París, con su 'tailleur' de Chanel, como invitada estelar del día grande de su novio. Pero no. Ella está en la portada de Hola y Patricia Llosa con el padre de sus hijos, en la ciudad donde prendió su amor, hace más de medio siglo, con Mario Vargas Llosa, codeándose con el presidente de la República y pasando a la historia, inmortal, como el primer escritor que sin haber publicado en francés jamás es miembro de la Academia.

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