No todo son rosas en la reconciliación de la marquesa de Griñón con Íñigo Onieva. Parte de su familia y amigas no confían en que el ingeniero haya pasado de ser un juerguista infiel al perfecto caballero en tan solo tres meses y se muestran desconfiadas y molestas. Especialmente aquellas personas que se convirtieron en el paño de lágrimas de Tamara Falcó en sus días más tristes e incluso finiquitaron su relación (excelente, en algunos casos) con él por respeto y lealtad a su amiga, a la que han pedido explicaciones. Ella, segura de su decisión, ha puesto los puntos sobre las íes: "Tengo 41 años y soy mayor para tomar mis propias decisiones".
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Tamara ha dicho 'basta'. Su decisión de volver con Íñigo ha sido muy meditada y no está dispuesta a dar explicaciones ni justificarse, según Isabel Rábago. La marquesa está molesta con aquellas personas que ahora le recriminan las noches en vela y los esfuerzos por reparar su corazón roto, y está dispuesta a pasar por encima de todos y a distanciarse de los que pudieran ensuciar esta nueva etapa.
Su familia, por su parte, respeta su decisión pero pide tiempo, pues ni Isabel Preysler ni Ana Boyer o Fernando Verdasco se sienten con ánimo de compartir escenas familiares con Onieva como si no hubiera pasado nada. Tamara se lo ha concedido y no tiene prisa: "Voy a tender puentes, por supuesto", les ha dicho.