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Tamara Falcó ya echa de menos al tito Mario pero tiene algo que ver en la ruptura de su madre y Vargas Llosa

La relación entre Mario Vargas Llosa (86) y Tamara Falcó fue fluida y cariñosa durante los casi ochos años que el Nobel estuvo unido a Isabel Preysler (71). Por eso, la marquesa de Griñón se muestra un tanto desconsolada por la ruptura del escritor y su madre.

Tanto que, según nos desvela una de sus amigas, "ya le echa de menos". Cuando su madre le dijo que la separación era definitiva y no había marcha atrás, "Tamy se entristeció, porque siente por Mario un gran cariño", nos dice. Al igual que ocurrió con el fallecido esposo de su progenitora, Miguel Boyer, Tamara llamaba tío a Mario al premio Nobel, y siempre que habla de él lo hace con una profunda admiración y respeto.

Generoso y atento con Tamara

Y el literato ha estado a la altura y ha hecho cosas por Tamara como visitarla en Masterchef, dejarse entrevistar por ella o participar en su docuserie para Netflix. Digamos que se ha portado generosamente con Tamara y ella ha hecho caja porque añadir el ingrediente de su premio Nobel a sus lucrativas actividades encarece sus cachés y Mario no le ha cobrado nunca.

El pasado verano pudimos verle en la producción que narra la vida de Tamara Falcó y donde la marquesa cuenta, entre otras cosas, su intención de abrir un restaurante en El Rincón, el palacio heredado de su padre, Carlos Falcó. Pero es en el segundo episodio, en Nueva York en familia, cuando Mario Vargas Llosa participa más. Aparece junto a Isabel Preysler en la ciudad de los rascacielos para acompañar a la Tamara al desfile de Carolina Herrera. En el salón de un hotel, conversan sobre la ciudad: "Aquí en la Quinta Avenida había varias librerías", comenta Mario. En otro momento de ese mismo capítulo, Tamara habla de la relación de Isabel y Mario: "Ha sido una suerte que mi madre encontrase un compañero de vida a esta edad. La verdad es que Mario ha resultado ser un compañero maravilloso", dice.

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Otra muestra de que Mario se ha entregado a los juegos de Tamara, prestándose a sus peticiones, es la entrevista a la que se sometió cuando acababa de publicar su libro La llamada de la tribu. Era marzo de 2018 y en la biblioteca de la casa de Isabel de Puerta de Hierro Tamara Falcó le entrevistó para Vanity Fair. "Soy una enchufada", decía Tamara al novio de su madre.

Y no olvidemos cómo se portó Mario cuando, en la cuarta edición de MasterChef Celebrity, visitó el plató con Xandra Falcó e Isabel Preysler. "Estos dos meses y medio Tamara ha estado concentrada día y noche en la cocina, y nos ha dejado a Isabel y a mi totalmente sorprendidos porque ella suele ser más voluble, pero esto se lo ha tomado con gran seriedad", decía Mario, quien alabó a la hija de su mujer así: "Tamara me ha dejado con la boca abierta con varios platos", comentó.

En el terreno personal, este año ha sido un tanto decepcionante para la hija del recordado Carlos Falcó en el terreno de los sentimientos. A su ruptura con Iñigo Onieva, tras enterarse de que había cometido una infidelidad, ahora se encuentra con el rumor de que su nueva ilusión, Hugo Arévalo, ex amigo del anterior, también podría estar haciendo un doble juego, porque dicen que le han pillado besando a otra mujer en una discoteca.

No tiene suerte Tamy, como le llaman sus íntimos. En el terreno del amor, va de fracaso en fracaso y no ha conseguido a sus 41 años estabilizar un noviazgo. La desilusión que se llevó con Iñigo, con el que planeaba casarse a mediados del 2023, fue mayúscula. Nuestra fuente nos confirma que "lo ha pasado muy mal", y también nos confiesa que, "aunque intenta hacerse la fuerte y dar una imagen de serenidad, el dolor lo lleva muy dentro".

Refugiada en casa de mamá

Tamara era de las pocas personas que sabía la verdad de la relación entre su madre y el escritor. No olvidemos que Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa ya llevaban un tiempo distantes, al menos desde que a principios de verano Semana descubrió que dormían en casas distintas.  Se ha apuntado a Tamara como una de las causas que ha llevado a la ruptura, no porque las marquesa sea culpable, sino porque Preysler descuidó la relación con el peruan en los momentos más difíciles de su hija, especialmente desde el pasado mes de septiembre, cuando se produjo la abrupta ruptura con Íñigo Onieva, quien acababa de comprometerse para ser su marido. Tamara se refugió entonces en casa de su madre, lo cual no ayudó al acercamiento entre Isabel y Mario.

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