Las rencillas entre la viuda japonesa y el clan no han terminado. Casi un mes después de la muerte de Bernardo Pantoja, Junko y Anabel continúan midiendo fuerzas en un pulso que tiene en vilo a todos los interesados: el funeral de recuerdo. La primera ha organizado uno que se celebrará este mismo martes y al que no está invitada la familia; la segunda está ultimando detalles para recordar a su padre lejos de Junko, la tía Magdalena, Pinocho y compañía.
Según Sálvame, Anabel lo tiene todo prácticamente atado para reunir a los familiares y amigos más cercanos (entre los que no están incluidos la que fue esposa de su padre ni tampoco su supuesto hijo) en la iglesia de San Joaquín, situada en el mismo barrio sevillano en el que vive su madre, Merchi. Aún no tiene una fecha elegida, pero se llevará a cabo en las próximas semanas.
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Es la respuesta de Anabel a la provocación de Junko, que fue la primera en organizar la misa funeral a espaldas de la familia. Se celebra este martes en Sevilla, en el barrio donde vivió más de 20 años con Bernardo y en el que colgó hace días carteles informativos para que ningún amigo ni vecino se quede sin asistir al homenaje que quieren brindarle.
Recordemos que la relación entre Junko y su familia política no ha sido nunca demasiado buena pero la muerte de Bernardo hizo estallar la cordialidad en mil pedazos. La bailaora y diseñadora asiática acusó a los Pantoja de haberla impedido estar con su marido en sus últimas horas y de haberlo abandonado en vida, entre otras cosas.