Son ciertos los durísimos improperios de Iñigo Onieva contra su ex amigo (ahora no). Hugo Arévalo está consolando a Tamara Falcó tras haber roto su compromiso y de ahí las descalificaciones: pero hay razones que explican los ataques. El madrileño le ha dijo que se sentía traicionado y que era un "trepa y una sucia rata", entre otras cosas.
Parecía increíble que un chico tan educado y respetuoso, como este relaciones públicas de poco más de 30 años, que ha guardado silencio desde la tumultuosa ruptura el pasado setiembre, pudiera llamar a su íntimo amigo, "sucia rata, trepa" o "traidor…"; y además, acusarle de haber sido el topo que le traicionó difundiendo las fotos del festival de música donde se ve a Íñigo besar superficialmente a una chica del grupo con el que disfrutaba de la fiesta.
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Onieva dice en el whatsapp que comparte con unos amigos, entre ellos Arévalo, que éste le da asco y que le gustaría "machacarle la cabeza una y otra vez". Le califica también de "nuevo rico, tóxico, interesado, inseguro y acomplejado". Y despide su impactante mensaje, diciendo que se está aprovechando de una "chica vulnerable".
La gente cercana a Íñigo Onieva nos comenta que sigue enamorado de la marquesa de Griñón y le gustaría recuperarla, de ahí ese arrebato de celos y rencor. Puede entenderse la actitud de Onieva: nos aseguran que este verano, cuando Íñigo y su amigo Hugo pasaban unos días de vacaciones en Sotogrande, ambos decidieron que Hugo "iba a ser el padrino del primer hijo que naciera de su próximo matrimonio con Tamara Falcó, por ser el mejor amigo de ambos. Entendemos ahora la dimensión de la traición.