Máxima preocupación por el estado de salud de Camilín, como se conoce popularmente al hijo del intérprete de Vivir así es morir de amor. El último susto fue el pasado mes de septiembre, cuando un equipo del SUMMA lo trasladó en helicóptero al hospital Puerta de Hierro desde su domicilio por un fallo multiorgánico. Desde entonces, el silencio es absoluto por orden de su madre, Lourdes Ornelas, que ha tomado medidas drásticas para proteger a su hijo.
Lea también: Camilo Blanes reaparece tras sus preocupantes imágenes en el hospital
Según el programa Fiesta, la mexicana no ha encontrado otra manera de separar a su hijo de las malas compañías que le arrastran una y otra vez, por lo que mantiene a Camilín "encerrado en casa, completamente incomunicado y vigilado las 24 horas". Lourdes ha instalado un sistema de vigilancia muy sofisticado en el chalé de Torrelodones con el que controla cada movimiento de su hijo, pues no está dispuesta a que un despiste pueda poner en juego su vida de nuevo.
Solo su madre y su novia, María, pueden contactar con él y aunque el secretismo sobre su estado es máximo, El Español afirmó este lunes que su recuperación está siendo muy dura: "Hay días que él pone de su parte y otros días en que la situación se torna ingobernable", dicen.
A sus 38 años, el hijo de Camilo Sesto atraviesa una situación muy complicada. El abuso de sustancias ha generado un importante deterioro en su salud y en su físico: sus últimas imágenes reflejaban a un hombre delgado, desmejorado, pálido y taciturno. De sobra conocidos son los vídeos que publicó en redes sociales en los que aparecía en estado de embriaguez y perdido en mitad de la noche.
