La marquesa de Griñón está de celebración este domingo porque sopla 41 velas. Una fecha que probablemente no olvidará después de todo lo que ha acontecido este año en su vida: pasó de tener la fecha de su boda a no dirigirse la palabra con su exprometido "por prescripción facultativa".
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Aquel 23 de septiembre, en el que el vídeo del morreo de Íñigo Onieva besándose con otra mujer corrió como la pólvora, Tamara Falcó se enfrentó a uno de sus peores días. Y, pese a que su novio entonces le aseguró que eran imágenes antiguas, fue cuestión de horas para que la verdad saliera a la luz y todo cambiara.
Casi dos meses después de aquel huracán, la hija de Isabel Preysler y Carlos Falcó ha encontrado la paz. A Onieva le ha perdonado "como cristiana y como mujer" y ahora solo quiere "seguir con mi vida" porque que ya es "una etapa pasada". De momento, no se sabe si habrá otro fiestón organizado por la revista Telva como el año pasado, pero sí que cantará el cumpleaños feliz rodeada de los que más le quieren porque todo en su vida "es un plan de Dios".
Refugiada en su fe, la hermana de Enrique Iglesias está centrada en sus proyectos profesionales con los que le va tan bien que ha podido comprarse un ático de 1,5 millones de euros cerca de la casa de su madre, en Puerta de Hierro: la segunda parte de su docuserie de Netflix, la reforma de su restaurante El Rincón y la nueva colección que ha estrenado de su marca en colaboración con Pedro del Hierro.
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