Un fantasma se me ha aparecido para contarme que Paloma Cuevas no ha recibido ningún anillo de compromiso. También me dice el espíritu que no habrá boda con el cantante Luis Miguel, a pesar de las contundentes y reiteradas afirmaciones de algún periodista mexicano, recogidas por medios españoles que dan crédito al supuesto notición. Sin embargo, me dice que esos dos amigos que son Paloma Cuevas y Luis Miguel quedaron, sus ojos brillaron y sonrieron. Y que la ilusión prendió en ellos. El tiempo dirá qué viene luego.
Pero claro, los fantasmas no existen. Y Paloma no dice nada. También es verdad que, cuando hace dos años y medio, antes de que saltara su separación de Enrique Ponce, la preguntamos qué pasaba con su marido, nos dijo que estaban "muy bien". Era febrero de 2020.
La ex mujer de Enrique Ponce permanece ahora parapetada tras el silencio. Impertérrita ante la avalancha de afirmaciones, que van in crescendo: primero se habló de una cita entre la socialité y el cantante, una cena que tuvo lugar en el restaurante de un hotel madrileño de cinco estrellas, pero se dijo que eran amigos y quedaban sin más. Luego se difundió que habían pasado unos días en el sur de España, refugiados en la privacidad de un destino perfecto para citas románticas y furtivas. Pero por lo visto había más gente, no fue cosa de dos.
Paloma Cuevas: "Palabra de que yo no sé que mi marido tenga una relación"
Después llegó lo del anillo de compromiso que supuestamente El Sol de México había colocado en el dedo anular de la cordobesa; pero nos llegó el matiz de que ese anillo ya lo tenía Paloma Cuevas desde hace tiempo y se negó que hubiera compromiso por parte de un fantasma desconocido, el mismo ser espiritual que se ríe de la existencia de esa boda que ya dan por cierta medios reputados como el mismísimo diario Abc, por no hablar de La Razón o algunas televisiones. En México, ya ni te cuento...
Paloma sigue militando en su atronador silencio, la política de comunicación que ha decidido adoptar para gestionar su imagen pública, tan zarandeada desde el escándalo que hizo volar por los aires casi un cuarto de siglo de matrimonio con Enrique Ponce.
Llegaron después aquellos días de verano excesivos, de revolcones, magreos en el mar entre el torero cincuentón y la bella rubia veinteañera, a bordo de un cocodrilo verde, más inflado que el deseo desbordante que proclamaban con empalagoso exhibicionismo la jovencísima almeriense y su matador. De aquello quedan portadas de revistas del corazón, y de lo otro, los recuerdos de 25 años de amor conyugal, santificado ante Dios, y sobre todo dos hijas maravillosas que son lo más importante en la vida tanto de Paloma como de Ponce. Paloma, nos dice el fantasma-fuente que se nos aparece por arte de magia, no tiene intención de hacer ningún comunicado ni desmentido. Su vida privada es suya y no hay más. No habla.
La llamada
No ocurrió lo mismo cuando, allá por febrero de 2020, levantamos el teléfono para habar con Paloma, casada por entonces con Ponce, y mucho antes de que saltara el escándalo. La llamamos y nos cogió la llamada. Le dijimos, sin miramientos, que Enrique Ponce había estado en México preguntando en su entorno de confianza dónde encontrar buenos asesores (en España) que le aconsejaran sobre todas las posibilidades de su situación si se separaba de Paloma Cuevas. Nos habían contado el secreto fuentes cercanas al torero valenciano, amigos muy cercanos al diestro. A la redacción de este portal habían llegado además informaciones relativas a un supuesto romance extramatrimonial del matador de Chiva.
La conversación
Así se lo transmitimos a Paloma Cuevas por teléfono, con el fin de confirmar algo de lo que nos contaban. "Nos aseguran que tu marido está mirando papeles con abogados y que está preguntando cosas que se preguntan cuando se prepara una separación", le dijimos directamente a ella. "Yo te doy mi palabra de honor de que no sé nada de eso", contestó sin ambages la mujer del diestro. "Es verdad que Enrique viaja mucho, por razones de trabajo, como todo el mundo sabe, y que lleva un tiempo en América, pero ahora vuelve y estamos fenomenal", insistía. "Desde luego, si hay algo, yo soy la primera ignorante", repetía, hasta el punto de preguntarnos: "Oye, si hay algo más, por favor contádmelo porque quiero saberlo", se atrevió a decirnos.
Lea también: Enrique Ponce y Ana Soria, la locura rubia de 21 años por la que deja a Paloma Cuevas
"Solo sabemos que está preguntando por cómo resolver esos asuntos de separación, ya sabes, repartir bienes y eso", le dijimos, ya que no teníamos constancia gráfica que probara la presunta relación con "una rubia que tiene que ver con México", nos decía una fuente, llevándonos a explorar incluso otras posibilidades que no tenían que ver con la joven Ana Soria, hoy tan conocida.
Nos decían que había "una rubia" que había estado siguiendo a Ponce por las plazas de aquel país en un viaje que no pasó desapercibido para el entorno del matador. Pero era española, de Almería, estudiante.
Hubo más conversaciones con Paloma Cuevas, porque ella llamó a Informalia para averiguar qué sabíamos. O sea, Paloma tenía la mosca detrás de la oreja, pero daba su palabra de que a ella no le constaba ninguna relación de su marido.
Sin embargo, Paloma Cuevas estaba avisada de que algo pasaba. No solo desde Informalia recibió llamadas en el sentido de preguntarle si su matrimonio iba bien. Periodistas amigas y gente del mundo taurino le avisaron de que había rumores y de que su marido por lo menos "estaba haciendo el tonto", con alguien. Y es que Enrique no se escondía ya, y América hoy en día está a tiro de Instagram.
Lea también: Enrique Ponce llevaba meses preparando su separación y Paloma Cuevas no tenía ni idea
Cuando le dijimos a Paloma Cuevas que últimamente no les veíamos juntos, ella argumentó que trabajaba mucho, que estaba ocupándose de las niñas y de los negocios. "Enrique viaja mucho y no para...". Pero volvía a la versión de que "toda va bien" y añadía argumentos. El 27 de febrero de 2020, a las 12 de la mañana, Paloma dijo en conversación con Informalia: "Mañana mismo viene gente de una peña a la finca, va a estar Enrique, vamos a estar juntos, todos podrán ver que no pasa nada y que estamos bien", repetía con una determinación tan grande como su curiosidad, porque a continuación repetía: "Contadme lo que sepáis por favor, pero yo estoy feliz con Enrique y no me planeo nada". Y volvía a repetir su versión: "Si pasa algo desde luego yo no se nada", remataba la hija de Victoriano Cuevas (Victoriano Valencia).
Insistimos entonces en que las fuentes que nos informaban eran buenas y daban detalles concretos de que el diestro valenciano había estado visitando asesores legales durante su estancia en México. "Se lo preguntaré porque yo de verdad que estoy bien y no tengo ni idea de que eso sea cierta", dijo. Paloma Cuevas cumplió, devolvió la llamada, e incluso nos explicó que no había nada, que estaban bien, y que "si hay algo yo no tengo ni idea, desde ahora te lo digo". Y la creímos. Tal vez no supiera aún del rejón que su marido estaba preparando.
Antonio Montero meses después firmaba en Semana la noticia de la crisis del matrimonio. Paloma aseguraba después que su separación era temporal, pero el torero y su mujer ya habían tomado la determinación de divorciarse.
"Caminamos tan enamorados como el primer día", escribió Ponce el día de San Valentín de 2018.
Ahora, la que fuera mujer de Enrique Ponce vive volcada en su trabajo, en el cuidado de su familia y la educación de sus hijas. Y sobre todo de su padre muy delicado de salud a sus 89 años. Victoriano Valencia es, junto con sus hijas y su madre, la gran preocupación de Paloma. Y su prioridad es cuidar de él. "No tiene cuerpo para bodas con su padre así", nos dice ese fantasma que no existe.
Paloma, a causa de la salud de su padre, pasa mucho tiempo en Madrid, y no en México. Otra cosa es que suba a Instagram stories de de la ONG mexicana con la que colabora, llamada Niños en Alegría".
Las rimas de Gustavo Adolfo
Gustavo Adolfo Infante es el periodista mexicano que sostiene que habrá boda con el cantante Luis Miguel. "Los rumores han crecido últimamente y estoy en posibilidades de confirmarles que esta semana Luis Miguel entregó el anillo de compromiso a Paloma Cuevas", repite a diestro y siniestro el presentador, que no cita fuente pero asegura que es muy fiable la información que le llega. "Luis Miguel está en un periodo de reflexión y de rehacer su vida dejando atrás los errores, y sería bueno que recapitulara y sentase la cabeza", dice el azteca. Y va más allá: en La Razón afirma que "habrá dos bodas. La primera, en México, para que asistan todos los amigos y gente cercana a Luis Miguel, y la segunda, en España, para la familia y amigas de Paloma. Serán dos grandes celebraciones. Por todo lo alto, será una boda como un cuento de hadas".
Mientras, Paloma Cuevas calla. ¿La que calla otorga?