Tras un tiempo en silencio después de aquel escueto comunicado en el que confirmó su ruptura con Gerard Piqué el pasado 4 de junio, Shakira ha concedido su entrevista más sincera, en la que ha hablado desde lo que ha supuesto su 'separación' (no están casados) hasta los ochos años de cárcel a los que se enfrenta por defraudar presuntamente 14,5 millones de euros a Hacienda.
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En Elle, que lleva a la colombiana a portada, confiesa que esta ha sido la etapa "más oscura" de su vida. "Ha habido días en los que he recogido mis pedazos del suelo. Solo quería quedarme en la cama, acurrucada con mis hijos", asegura.
Se lamenta, sobre todo, no poder "ocultar la situación frente a mis hijos", Milan y Sasha. "Intento protegerlos, porque esa es mi prioridad en la vida. Pero luego, en el colegio, escuchan cosas de sus amigos o se encuentran con noticias desagradables en internet, y simplemente les afecta.
No obstante, desea que se resuelva el acuerdo de custodia de los pequeños con "la mejor solución para todos". "Independientemente de cómo terminaron las cosas o cómo nos sentimos Gerard y yo como ex pareja, él es el padre de mis hijos. Tenemos un trabajo que hacer para estos dos niños increíbles, y tengo fe en que descubriremos qué es lo mejor para su futuro".
Como ya avanzamos en Informalia y ahora se confirma, Shakira y Piqué iban a dejar pasar algo más de una semana antes de volver a encontrarse cara a cara y con abogados. La próxima reunión, tras la del pasado jueves, será el martes 27 a las tres de tarde en el despacho de la letrada Pilar Mañé. La anterior fue en el despacho de Ramón Tamborero, que lleva la defensa del culé.
Shakira, implacable contra Hacienda
El pasado mes de julio, se hizo público que la Fiscalía de Barcelona pide ocho años y dos meses de cárcel para la cantante, a la que acusa de seis delitos contra la Hacienda pública por defraudar 14,5 millones de euros a Hacienda entre los años 2012 y 2014, simulando que no residía en España.
Algo que la de Barranquilla desmiente: "En primer lugar, no pasé 183 días al año en absoluto. Estaba ocupada cumpliendo con mis compromisos profesionales en todo el mundo. Incluso durante los siguientes años estuve viajando por el mundo, trabajando sin parar mientras estaba embarazada o con Milan cuando era bebé, cuando aún estaba cicatrizando mi cesárea. En segundo lugar, pagué todo lo que decían que debía, incluso antes de que presentaran una demanda. Así que en realidad no les debo nada".
Asegura también tener "suficientes pruebas" para respaldar su caso y la "confianza de haber hecho las cosas de la manera más correcta y transparente desde el primer día". "Las autoridades fiscales vieron que estaba saliendo con un ciudadano español y empezaron a salivar. Está claro que querían ir tras ese dinero sin importar cómo", sentenció.
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