A la princesa de Paracuellos le han amargado su vuelta al trabajo. Después de casi cuatro meses de baja por una fractura de tibia y peroné que precisó de una intervención quirúrgica, Belén Esteban afrontaba con ilusión la vuelta a Sálvame. Sin embargo, un ultimátum de Paolo Vasile, con el que se ha reunido estos días, le ha puesto entre la espada y la pared.
Las audiencias de Telecinco han mejorado durante la época estival pero tampoco afrontan el nuevo curso para tirar cohetes. La crisis persiste y es profunda, por lo que sus diferentes formatos y empleados siguen bajo la lupa de La Cúpula, a la que no le tiembla el pulso para cancelar programas o firmar despidos. Es el caso de Belén Esteban y Sálvame. Su ausencia estos meses de baja no ha tenido repercusión en el share y eso es un problema: "Belén ya no suma al formato, ni si quiera resta, porque en estos momentos es indiferente para la audiencia", ha dicho Diego Arrabal. "Ella tenía mucho gancho cuando hablaba de su vida, del padre de su hija, de los Ubrique, de su hija, de su marido... Pero hace tiempo que ya no lo hace y ha perdido todo el interés".
El paparazzi asegura que Vasile y el resto de la Cúpula se reunieron con ella hace unos días y fueron claros: o recupera su espíritu guerrero y su verborrea sin filtro o sus días están contados. "Tiene que mojarse, pero mojarse de verdad", añade.
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La situación no es fácil para la ex de Jesulín, que suavizó su carácter y controló sus brotes años a petición de su hija Andrea. Cuando la niña cumplió 18 años y decidió alejarse del foco mediático, hizo prometer a su madre que no volvería a hablar de ella ni de su padre, algo que Belén trata de cumplir con todas sus fuerzas. No obstante, la madrileña lleva años advirtiendo que su futuro no está en la televisión: está cansada de ser el centro de la diana y prefiere una vida más tranquila y alejada de polémicas, por eso puso en marcha su empresa alimenticia, con la que comercializa gazpachos y salmorejos. La idea de Belén era levantar un imperio que le permitiera dejar los medios de comunicación pero, y aunque la venta de sus productos obtiene muy buenos resultados, no es suficiente en estos momentos para poder hacer el movimiento deseado. ¿Pasará Belén por el aro para rascar unos años más a Mediaset?