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Todo lo que han perdido los Franco con el Pazo de Meirás: esculturas, muebles y hasta una pila de agua bendita

Los descendientes del dictador Francisco Franco han sufrido este viernes un nuevo varapalo judicial. Tras perder la propiedad del pazo de Meirás, que ahora pertenece al Estado, el Tribunal Superior de Justicia de Galicia les ha negado la recuperación de los bienes y enseres de la finca y que Carmen Martínez-Bordiú y sus hermanos reclamaron vía judicial. Suman un total de 132 objetos, alguno de ellos de gran valor histórico, como muebles, esculturas, un altar y una pila bautismal.

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El auto del juzgado de primera instancia número uno de A Coruña indica que todos ellos pertenecen al inmueble con una sola excepción: las alfombrillas del recibidor. Se colocaron con un fin meramente funcional y anima a los nietos de Francisco Franco a retirarlas si lo desean.

El resto se queda donde está: "Las figuras o conjuntos pétreos (de santos y vírgenes, entre otras) se encuentran colocados a lo largo del jardín, con el fin de conseguir un todo armónico y artístico", reza el auto. "Los muebles, por su especial robustez y su elevado peso no pueden ser trasladados ni si quiera dentro del propio pazo", pues sería poner en peligro la integridad y buena conservación de los mismos.

Un lavabo de pie con decoración floral en el vestíbulo, varias esculturas de bulto religiosas, el altar/sarcófago, el alto relieve de La Piedad, la pila de agua bendita, el confesionario de madera, angelotes de bronce, una lámpara sobre pilastra de la escalera, apliques de pared metálicos o el tapiz con escudo son otros de los bienes que quedan en el pazo, bajo la responsabilidad del Estado, y que los nietos de Franco reclamaron como bienes familiares por ser parte de "la infancia de doña Carmen Franco".

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