"Planeo dar prácticamente todo mi patrimonio a la fundación. Bajaré y saldré de la lista de las personas más ricas del mundo". Así ha anunciado Bill Gates que cumplirá, por fin, una promesa que lanzó en 2010: donar toda su fortuna. El empresario, que abandonó Microsoft en 2020 tras salir a la luz unos correos de alto contenido erótico hacia algunas de sus empleadas, afirma que tiene la obligación de "devolver mis recursos a la sociedad de la manera que tenga el mayor impacto para reducir el sufrimiento y mejorar vidas".
Pero además ha invitado a otros magnates y empresarios adinerados a seguir su ejemplo: "Y espero que otros en posiciones de gran riqueza y privilegio también den un paso al frente en este momento". Gates ocupa en la actualidad el cuarto puesto en la famosa lista de Forbes y cuenta con una fortuna de 118.000 millones de dólares, aunque acaba de donar 20.000 a la fundación filantrópica que fundó con su ex mujer, Melinda Gates, y a la que ambos están ahora dedicados en cuerpo y alma.
As I look to the future, I plan to give virtually all of my wealth to the foundation. I will move down and eventually off of the list of the world's richest people.
— Bill Gates (@BillGates) July 13, 2022
Su divorcio, tras 27 años de convivencia y tres hijos, ha sido uno de los más sonados en el mundo empresarial. Afortunadamente, no hubo guerra: repartieron toda su fortuna la 50% de común acuerdo. Eso sí, Bill se quedó su casa favorita: Xanadú, una mansión en Washington. La levantó sobre un terreno que adquirió en 1988, en una colina en el condado de King Medina, antes de casarse con Melinda. Pagó 63 millones de euros por ella. Ahora, su valor en el mercado ha ascendido hasta los 130 millones.
La mansión, cuya seguridad supera la de la Casa Blanca, tiene siete dormitorios, 24 baños, sala de cine para 20 personas, salón que puede acoger a 200 comensales, una biblioteca privada (que alberga el manuscrito Codex Leicester de Leonardo DaVinci) con un techo en forma de cúpula, una piscina de 18 metros de largo con sistema de música subacuático, un gimnasio de 232 metros cuadrados y un comedor de más de 90 metros cuadrados.
Es la joya inmobiliaria de Bill Gates, pero no es la única. El magnate y su ex esposa se repartieron dos mansiones más: una en Florida, valorada en ocho millones de euros, y otra en San Diego, California, de 43 millones de dólares (la más cara del Estado).
Además, Bill atesora al completo su espléndida colección de coches Porsche (más de 20), y repartió con Melinda sus jets privados Gulfstream G650 (eran dos, uno para cada uno).