Fue este jueves 7 de julio cuando el premier británico, Boris Johnson (58), anunció su dimisión. La última parte de sus casi tres años de mandato ha estado marcada por las escandalosas noticias de sus polémicas fiestas en Downing Street 10, el escándalo sexual de Chris Pincher y por la renuncia de cincuenta altos cargos de su ejecutivo, que se rebelaron contra él. El conservador permanecerá como interino hasta octubre, cuando se elija un sucesor.
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Así lo anunció el político este jueves en su rueda de prensa, en la que estuvo acompañado por su esposa, Carrie Symonds (34), que no paró de sonreír (porque al mal tiempo buena cara).
"El Partido Conservador debería tener nuevo líder y por tanto primer ministro. He hablado con el partido para empezar el proceso y el calendario lo anunciaremos la próxima semana, hoy he nombrado un nuevo gabinete que dirigiré hasta que haya un nuevo líder", anunció Boris.
Los tabloides británicos han amanecido este viernes con su dimisión y Daily Mirror va más allá al soltar una auténtica bomba. Atendiendo a fuentes cercanas del conservador, aseguran que el líder de los Tory tenía intenciones de celebrar una gran fiesta en Chequers, la residencia campestre que ocupan como retiro los primeros ministros desde hace más de cien años.
Sostienen que este era uno de los motivos por los que quiere permanecer al mando como líder interino hasta que llegue un sucesor, aunque sus aliados y afines aseguran que desea estar al frente únicamente por su devoción política. Tras las críticas recibidas, otras fuentes cercanas deslizan a la BBC que "nada había sido 100% confirmado" y que ahora está buscando una ubicación alternativa.
Se trata de una gran fiesta que está prevista para el próximo 30 de julio. ¿El motivo de esta? Su amor por Carrie Symonds, con quien se casó por sorpresa en mayo del año pasado tras tener a su primer hijo en común en abril de 2020, en lo peor de la pandemia. La segunda criatura llegó en diciembre de 2021.
Se trataría de una fiesta de bodas para la que estarían ultimando todos los detalles, pese a la renuncia y las polémicas del todavía primer ministro británico.
Una fuente conservadora se muestra indignada: "Es increíble que incluso después de todas las críticas que Johnson ha enfrentado con respecto a la integridad y la probidad, una de las razones por las que se queda es para celebrar su boda en Chequers. Es un bien nacional, no su hogar personal. Los Johnson deberían hacer lo correcto y encontrar un lugar diferente. Y Boris debería hacer lo correcto y dejar el número 10 de inmediato".
Tras todos los escándalos, la salida de Johnson se propició después de que hace una semana, su número 2, Chris Pincher, anunciara su dimisión tras ser acusado de acoso sexual. Aseguraron que, durante una cena de carácter privado, había manoseado a dos invitados. Esto ocurrió presuntamente la noche anterior a anunciar su renuncia.