¿De dónde viene la creencia de que hacer el amor influye negativamente en el rendimiento físico? Los expertos aseguran que no es tanto el coito en sí como las situaciones asociadas lo que puede perjudicar al deportista de élite. Las relaciones ocasionales o de infidelidad generan un desgaste emocional grande. Por otra parte, estas experiencias conllevan a menudo trasnochar y exponerse a esfuerzos físicos que pueden ser estresantes, independientemente de que la posibilidad de consumir alcohol u otras drogas.
Para empezar, es un ley aceptada que la energía ni aumenta ni disminuye, y que siempre está ahí. Si la dedicas a una no la tendrás para otra. En base a ese principio hay quien asegura que el sexo afecta negativamente porque en cada relación se libera una cantidad de energía que ya no estará disponible. Tradicionalmente los entrenadores de fútbol concentran a sus jugadores antes de los partidos. Alguno llegó a prohibir las relaciones sexuales antes de jugar. El entrenador de la Selección Alemana lo hizo en 1994. Y en 1996 Alemania se proclamó campeona de la Eurocopa de fútbol.
Zenon Jaskula, un ciclista polaco muy bueno enlas cotrarreloj, quedó en tercer lugar en el Tour de Francia de 1993. Él estaba convencido de que era mejor renunciar al sexo "al menos tres semanas antes de la competición para estar en forma".
Pero claro, para quienes juegan torneos de tenis, largos, uno detrás de otros, la mayor parte del año, esta idea es insostenible. Igual que para los jugadores y jugadoras de cualquier torneo regular, sea del deporte que sea.
Toda una temporada sin sexo podría ser demasiado desgaste psicológico. La leyenda urbana asegura que Johan Cruyff contaba que su rendimiento en el terreno de juego mejoraba después de tener sexo con su pareja. Sí es seguro que su compatriota, el entrenador holandés Rinus Michels, permitió a los jugadores holandeses en el Mundial de 1974 que compartieran la habitación con sus parejas. No ganaron, pero la Naranja Mecánica llegó a la final.
Pep Guardiola en el Barcelona revolucionó los métodos para conseguir el máximo rendimiento de sus jugadores: nada de concentraciones con jugadores encerrados: cada uno en su casa y que hiciera lo que quisiera.
En los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 se entregaron por primera vez preservativos entre los atletas. Aquello, que fue un escándalo para muchos, sentó un precedente que se ha ido repitiendo en las siguientes celebraciones olímpicas. En los juegos de Río se consideró lo más natural.
En un coito se consumen ente 150 y 300 calorías, dependiendo de la variación de las posturas adoptadas, la cantidad de movimientos y la velocidad, y la duración. Este desgaste equivale a subir dos tramos de escalera de unos veinte escalones a paso rápido. Basta una taza de leche y una galleta para aportar la cantidad de calorías perdidas.
Un estudio comparativo del rendimiento físico antes y después de la actividad sexual en varones, publicado hace años por la revista de la Federación Española de Medicina del Deporte, demostró que no hay diferencias significativas en el rendimiento entre un grupo de deportistas que no había mantenido actividad sexual y otro que sí la tuvo la noche anterior.
El test Wingate, desarrollado en el departamento de Medicina del Deporte e Investigación del Instituto Wingate de Educación Física y Deportes, de Israel, también explora la capacidad anaeróbica máxima e índice de fatiga, y coincide con los resultados mencionados. En resumen, todos ellos concluyen que la recomendación de la abstinencia y prohibición de tener relaciones sexuales antes de las competiciones carece de bases fisiológicas y científicas.
Los psicólogos afirman que el gran poder que suele ejercer la sugestión en las personas influye a veces en el deportista, que puede llegar realmente a rendir menos y a sentirse más débil si cree que tener relaciones sexuales le afecta: autosugestión.
Hay resultados que hablan de diferencias según sexos. En los campeonatos de atletismo europeo que se celebraron en Munich hace quince años, el entrenador del equipo alemán Uwe Hakes afirmó en la revista Fit for Fun que las velocistas que hacen el amor antes de competir generalmente mejoran su rendimiento, pero en los hombres disminuye. "En el caso de las atletas no es verdad que el sexo previo a las competiciones tiene efectos negativos. Al contrario, las mujeres que tienen relaciones sexuales poco antes, corren más rápido. En las mujeres, los niveles de testosterona suben cuando tienen sexo. Pero, por desgracia, los niveles de testosterona en los hombres bajan tras un orgasmo. Y sus músculos tienen menos capacidad de contracción", según reza el estudio.
La testosterona se asocia a un mayor o menor rendimiento muscular. En ese sentido, en los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, el velocista Linford Christie aseguraba que "tener sexo te hace menos agresivo, y necesitas esa agresividad". En cambio, Emmanuele Jannini, miembro del comité científico de la Sociedad Europea de Medicina Sexual y profesor de endocrinología del departamento de Medicina Experimental de la Universidad de L?Aquila (Italia), asegura que tener sexo incrementa la agresividad. "En las relaciones sexuales, el cerebro estimula la producción de testosterona, la hormona que activa el deseo. Pero es también la hormona de la agresividad, lo que sería útil para determinados jugadores. Si durante tres meses no tienes sexo, los niveles de testosterona caen dramáticamente, incluso a niveles propios de un niño. La testosterona es un anabolizante natural. Por lo que en vez de medicamentos ilegales, si haces sexo aumenta el rendimiento".
Además, durante la práctica del sexo se segrega serotonina, la hormona conocida como la del bienestar y el placer, y eso a su vez estimula la producción de otras hormonas, como la somatotropina (conocida también como la hormona del crecimiento), asociada a la síntesis de las proteínas, un beneficio secundario.
La conclusión más aceptada es que la actividad sexual, si no distorsiona el descanso que precisa todo deportista, no influye negativamente e incluso puede bajar el grado de ansiedad que se produce antes del encuentro. Sin embargo, la separación del deportista de su pareja, puede ser más perjudicial que beneficiosa por razones emocionales y psicológicas.