El dolor en la penetración es uno de los motivos de consulta más frecuentes para ginecólogos y terapeutas sexuales. Se trata un problema de inicio o incluso que puede adquirirse a lo largo de los años por muy diversas razones. En cualquier caso, hay trucos, métodos y expertos que pueden ayudar a mitigarlo o incluso eliminarlo para que las relaciones sexuales vuelvan a ser de lo más placenteras.
La psicóloga, sexóloga y terapeuta sexual y de pareja, Silvia Catalán, de Saluspot, indica cuáles pueden ser las causas de este problema y nos informa de cómo se pueden solucionar cuando aparezcan.
¿Cuáles son las principales causas del dolor en la penetración?
A gran escala se podría decir que existen dos tipos de causas del dolor en la penetración: causas físicas y causas psicológicas. A menudo las unas van ligadas a las otras, actuando como detonantes o como potenciadores del problema.
Las principales causas físicas del dolor en la penetración pueden ser infecciones o enfermedades de transmisión sexual, cicatrices localizadas en la zona vaginal o vulvar, contracturas en el suelo pélvico, menopausia, inflamaciones de la vulva o la vagina, irritaciones vaginales, endometriosis o quistes ováricos.
Pero lo es cierto que sin ninguna de estas afecciones físicas, la penetración también puede ser muy molesta o llegar a doler hasta el punto, incluso, de impedir por completo cualquier tipo de penetración. Estaremos entonces delante de las causas psicológicas del dolor en la penetración.
Estas causas psicológicas pueden ser miedo al dolor (si en algún momento hemos sentido dolor en la penetración es fácil que nuestro cuerpo quiera evitarlo a toda costa y se ponga tenso); falta de excitación (si la mujer no está bien excitada la vagina no se lubrica ni se relaja lo suficiente como para que la penetración sea agradable); miedo a las consecuencias de la penetración (hay mujeres que tienen tanto miedo a contagiarse de una enfermedad o a un embarazo no deseado que, de forma inconsciente, evitan la penetración).
¿Qué hacer si las causas son psicológicas?
Tanto ante las causas físicas como las psicológicas, la recomendación es acudir a un profesional que pueda orientar y ayudar a encontrar la causa y la solución. La terapia sexual suele estar vinculada a la colaboración de ginecólogos y fisioterapeutas de suelo pélvico.
¿Cómo se puede superar?
Con una buena terapia combinada, pero, sobre todo, con mucha paciencia y voluntad. Para poder superar el dolor en la penetración es imprescindible que la mujer quiera hacerlo. Habrá días en los que la terapia será muy dura, porque sacará muchas cosas y confrontará a la paciente consigo misma, pero sólo con perseverancia y una buena guía se conseguirá superar.
¿Existe una terapia para hacerlo? ¿En qué consiste?
La terapia de tratamiento del dolor en la penetración consiste en trabajar tanto la parte psicológica como la física. A nivel físico, la mejor terapia es que la mujer vaya sobreponiéndose poco a poco a sus miedos y reparos hacia su propio cuerpo e ir, progresivamente, acercándose a la penetración, ya sea con los dedos, con dilatadores terapéuticos, con dildos, con vibradores o con un pene.
Por otro lado, la vertiente psicológica del tratamiento tiene mucho que ver con la educación a nivel sexual, el autoconocimiento, la superación de los miedos y la afirmación de la autoestima de la paciente.
¿Qué grado de éxito tiene la terapia?
En la mayoría de pacientes que siguen la terapia los resultados son muy satisfactorios. No sólo la mayoría consiguen mantener relaciones sexuales con penetración disfrutándolas, sino que casi todas salen con la autoestima reforzada, teniendo mucho más claro qué les gusta y qué no a nivel sexual y sabiendo cómo hacerlo para disfrutar plenamente de su sexualidad.