Estilo de Vida

Siete templos para desconectar del mundanal ruido

  • La lista de los imprescindibles

¿Cuántas veces has soñado con perderte y desconectar del estrés diario lejos de la civilización? El continente asiático está repleto de templos que veneran a las diferentes religiones (hindúes, budistas, islámicos, taoístas, zoroastras) y todos tienen su lugar sagrado donde rendirle culto a su dios y seguir su doctrina. La variedad de sus monumentos, ubicación, entorno, arquitectura y motivos decorativos hace que cada uno de ellos sea especial. Como recorrerlos todos es complicado, necesitaríamos un billete sin vuelta, en la siguiente lista hemos recogido aquellos que por una serie de características como su color, historia, antigüedad o belleza merecen estar entre los imprescindibles.

1. Tanah Lot, Bali

Posiblemente el templo hindú más bonito del mundo, sobre todo por el entorno que lo rodea. Levantado en el siglo XVI sobre una pequeña roca a sólo 100 metros de la costa de Bali, Tanah Lot venera a los espíritus guardianes del mar. Según la leyenda, se dice que fue un monje quien lo ordenó construir a unos pescadores de la zona y que la base del templo está custodiada por miles de serpientes marinas que la cuidan de los intrusos. Uno de los mejores espectáculos nos lo regala la marea, sobre todo cuando sube, momento en que su superficie se entremezcla con el mar.

2. Angkor Wat, Camboya

El mayor y mejor conservado de los templos que componen Angkor, la antigua capital del Imperio jemer, es uno de los tesoros arqueológicos más preciados del mundo. También es el monumento más visitado de Camboya, que incluso lo luce con orgullo en su bandera y, desde 1992, está declarado como patrimonio de la humanidad. Fue construido en el siglo XII como palacio, templo hindú dedicado al dios Vishnú y sede política del imperio. En total, se cree que en él vivían más de 20.000 personas. Hoy, la belleza de su arquitectura se camufla con la vegetación que lo rodea provocando una de las imágenes más bucólicas y bellas del país.

3. Fatehpur Sikri, India

La llamada ciudad de la Victoria es uno de los complejos arqueológicos más importantes de India del Norte. Su construcción data del siglo XVI, cuando el emperador mogol Akbar decidió trasladar allí su lugar de residencia. Según la leyenda, después de haber perdido a todos sus hijos varones, Akbar estaba seriamente preocupado por su descendencia. En Sikri habitaba un santo sufí conocido por haber realizado varios milagros. Después de reunirse con él, la última mujer del emperador se quedó en cinta de otro niño. Para atraer la buena suerte, éste decidió que se quedarían a vivir cerca del santo y que, alrededor de su palacio, construiría la ciudad de Fatehpur. Hoy es uno de los lugares de la India más resplandecientes y mejor conservados. Una mezcla de la arquitectura hindú e islámica a sólo 35 kilómetros de Agra.

4. Van Mieu, Vietnam

Es el templo de la literatura. Un edificio que, más que por su belleza, sorprende por su historia y riqueza interior. Fue construido en 1070 por el rey Ly Thanh Tong en honor a Confucio. De hecho, durante sus primeros años fue utilizado como academia imperial y sirvió como primera universidad de Vietnam. En ella se enseñaba literatura, mandarín, confucianismo y matemáticas. Estuvo en funcionamiento durante más de 700 años y, aunque en un primer momento estaba dirigida a nobles e hijos de altos cargos, con el tiempo se permitió el acceso al resto de ciudadanos. Algunos de los estudiantes más sobresalientes han quedado aquí inmortalizados para la posteridad.

5. Dambulla, Sri Lanka

Cinco cuevas en cuyo interior están los monumentos budistas mejor conservados del país. A su entrada, un enorme Buda dorado da la bienvenida a sus visitantes. Su biblioteca y un museo sobre el Budismo sólo son la antesala de este patrimonio de la humanidad al que se accede por una larga hilera de escaleras. Una vez en su interior, lo más sorprendente son los frescos grabados sobre la roca, donde se reproducen pasajes como la tentación de Buda por el demonio, así como sus primeros sermones. También las imponentes esculturas que ocupan el espacio. En total hay 153 estatuas sobre Buda, así como de diferentes dioses de la religión hindú.

6. Kiyomizudera, Kioto

Es el templo más popular de Kioto y el edificio principal del complejo sagrado de Kiyomizudera. Su construcción se realizó en el siglo VIII, aunque la mayoría de monumentos y santuarios son posteriores, del siglo XVII. Su principal atractivo tiene que ver con las cascadas que bajan sobre la colina en la que se ubica. La compleja arquitectura ha intentado seguir el curso de los saltos dando como resultado una de las edificaciones más maravillosas de Kioto. En total cuenta con 139 pilares desde donde se obtienen unas impresionantes vistas de toda la ciudad. Según una expresión popular, si saltas desde Kiyomizu y sobrevives, se te cumple un deseo.

Kiyomizudera también cuenta con una fuente sagrada, la cascada Otowa-no-taki, donde los peregrinos acuden a beber de su agua; y varios santuarios. Uno de los más conocidos es Jishu-jinja, donde se venera al dios del amor y del matrimonio.

7. Shwedagon, Birmania

La imagen más conocida de Birmania, la estepa dorada de Shwedagon Paya, es el lugar más sagrado para los budistas del país. Según la leyenda, fue levantada en el siglo V, antes de la muerte de Buda, y en ella se encuentran algunas de sus reliquias como los ocho cabellos que les entregó a dos hermanos mercaderes y un trozo de tela. Su altura por aquel entonces era algo menor, ya que fue reformada en diferentes ocasiones haciéndole ganar algunos centímetros hasta llegar a lo que es hoy: una enorme torre de 100 metros.

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