La población joven es la que tiene más interés por los piercings orales pero no es consciente de los peligros que estos entrañan. Las mucosas son especialmente sensibles a la hora de recibir un cuerpo extraño, por lo que los dentistas desaconsejan la utilización de piercing a nivel bucal. Las razones, por la Dra. Gloria Calsina Gomis, miembro de Saluspot.
1- En el momento de la colocación puede haber dolor, hemorragia, edema y lesión nerviosa. También pueden ocurrir, si no se coloca en un medio estéril, enfermedades de transmisión parenteral (VIH y hepatitis) debido a la falta de desinfección y esterilización del material y equipo utilizado.
2- Complicaciones inmediatas: infecciones localizadas generalmente producidas por Staphylococcus tipo A que pueden dar lugar a una bacteriemia y manifestaciones a nivel general. Recesión gingival y defectos mucogingivales debido al golpeteo repetido del piercing sobre la encía que provoca hipersensibilidad, pérdida del soporte óseo y recesión de la encía. Una vez eliminado el piercing, en ocasiones, se puede realizar un injerto de encía para cubrir la raíz que se ha expuesto.
3- Fracturas dentales al empujar con fuerza el piercing hacia los dientes. Traumatismos en labio o lengua (riesgo de engancharse y desgarrarse).
4- Aumento de la salivación, debido a cuerpo extraño en la boca.
5- Cicatrices queloides. Son cicatrices abultadas rojizas en las zonas de colocación del piercing.
6- Aspiración o ingestión del piercing, si este se afloja y cae.
7- Alteraciones en habla, masticación y deglución.
8- La colocación de piercing más el tabaco o el alcohol puede predisponer a lesión precancerosa.
9- En ocasiones, el daño que produce el llevar el piercing, deja huella para siempre.
10- Halitosis, por la falta de higiene por dificultad o acumulación de placa en las zonas próximas al piercing.