Estilo de Vida

¿A qué se deben los mareos en los vehículos?

  • Las causas de un común problema

Marearse en el coche, barco o avión es algo normal. De hecho, los estudios apuntan que una de cada tres personas suele padecerlos cuando viaja. Se trata de una cuestión de gran interés para los investigadores,  ya que lleva pasando siglos (se mareaba desde Julio César hasta Darwin durante sus expediciones) y a personas muy dispares. El cinetosis es un problema común en las personas que viajan en automóvil, tren, avión y en barco. Puede causarnos sudores fríos, vértigo, náuseas y vómitos.

Pero, lo cierto es que no todo el mundo se marea y los que sí, no les ocurre de la misma manera ni en la mismo situación. ¿Por qué hay personas que no se marean en absoluto? ¿Cual es la causa de que hace que nos encontremos mal?

Las teorías sobre el porqué de esta desagradable sensación son variadas. Algunas lo atribuyen a los olores, otros a los canales del oído interno, a conflictos entre la percepción del movimiento y la sensación del mismo. Es decir, cuando el movimiento se siente pero no se ve, o en general cuando sensación y percepción transmiten mensajes contradictorios, ocurre el mareo.

Esto sería la explicación de por qué algunas personas sufren mareos viendo películas o videojuegos, o por qué razón se sufre con más frecuencia cuando hay poca o nula referencia visual del exterior, como ocurre en un avión, o la razón por la que se suele recomendar fijar la vista en el horizonte cuando se es propenso a ello.

Por otro lado, estudios recienten afirman haber identificado 35 lugares en el genoma humano donde residen variantes genéticas asociadas con una mayor propensión a sufrir cinetosis. Estos genes se sitúan en regiones del genoma relacionadas con el equilibrio, el desarrollo del ojo, oído y cerebro, además de funciones como la regulación de la glucosa.

En los estudios también se confirma que ser propenso al mareo suele venir asociado a otros males, como migrañas, vértigo, náuseas y vómitos postoperatorios o un sueño deficiente, además de descubrir que las personas que lo padecen son también más susceptibles a sufrir el conocido como mal de altura.

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