Dormir desnudo adelgaza, mejora el sexo, ayuda a descansar mejor y reduce el riesgo de diabetes. Así lo afirma un estudio de la revista "Diabetes". Los científicos internacionales revelan que dormir desnudo en una habitación fresca permite activar la llamada grasa marrón, lo que contribuye a que pierdas peso con más facilidad. Pero parece que las virtudes de dormir desnudo no solo tienen que ver con la quema de grasa.
1- Descansar mejor
Otro de los grandes beneficiados a la hora de dormir desnudo es el descanso. Algunos tipos de insomnio tienen que ver con la dificultad para regular la temperatura corporal, así lo afirma el Instituto de Estudios del Sueño de Los Ángeles, en Estados Unidos. El hecho de que duermas con pijama o demasiado abrigado puede afectar a tu ciclo de sueño e incluso llegar a influir en las fases de éste.
2- Mejora el sexo
Dormir desnudo con tu pareja también mejora el sexo. No solo es beneficioso, sino que las sensaciones son más estimulantes. La explicación reside en que nos ayuda a liberar oxitocina y, según un estudio de la naturópata estadounidense Natasha Turner, permite que nos levantemos con más ganas de mantener relaciones sexuales. Además, esta hormona también reduce la presión arterial y mejora el estreñimiento.
3- Rejuvenece
La belleza también está reñida con el pijama, ya que una sustancia que se libera por la noche, sobre todo cuando se duerme desnudo, es la melatonina, una hormona que contribuye a desacelerar la oxidación de la piel. Y es que dormir demasiado abrigado puede frenar el proceso de regeneración corporal nocturna.4- Anti-estrés
A la hora de dormir desnudo también se controlan los niveles de cortisol. Esto nos ayuda a prevenir las interrupciones de sueño, el aumento de la presión arterial, el colesterol y el estrés, según un estudio de la National Sleep Foundation.
Dormir sin ropa también puede ayudarte a algo más: a quererte más. El hecho de vernos desnudos cada noche mejora nuestra autoestima y dejar que nuestra pareja también nos vea nos ayuda a aceptar nuestro cuerpo, es decir, a nosotros mismos tal y como somos.