Estilo de Vida

Cómo sobrevivir a las fiestas del pueblo

  • Las situaciones con las que te has encontrado en una verbena

Las fiestas de los pueblos son todo un ecosistema que solo se puede conocer desde dentro. Si no tienes pueblo, lo sentimos, porque en una verbena puedes observar uno de los mayores fenómenos sociológicos que existen.

La gente dice muchas cosas de las fiestas de los pueblos, pero cualquier descripción de las charangas o del ambiente se quedará corta. Si has estado en alguna, seguramente hayas vivido algunas de estas situaciones.

Los abuelos siempre son los primeros en llegar al sarao. Son el radiopatio del pueblo y tienen que obtener toda la información de primera mano. Muchos se llevan su propia silla si es preciso, el cuerpo tiene que aguantar la verbena. Precisamente, y en honor a ellos, las primeras canciones que suenan en medio de la plaza son rancheras, pasodobles y todo clásico popular que se te pueda ocurrir. Cuando esto sucede, los más mayores de cada casa se olvidan del lumbago, del reuma, hasta de la ciática: una noche es una noche y hay que mover el esqueleto. 

El repertorio verbenero no puede estar completo sin la canción del verano... de todos los veranos. Y si tienen coreografía mejor que mejor. La Macarena, el Aserejé, No rompas más, Follow the leader, la Mayonesa y, por supuesto, Paquito el chocolatero convierten a los asistentes en los reyes de la pista. En algún momento, entre baile y baile, la conga se apoderará de alguien y en menos de dos minutos todo el pueblo estará hermanado en un trenecito, la mitad de los vagones borrachos perdidos, claro.

De los más veteranos pasamos a los pequeños de la casa, para ellos, las fiestas del pueblo también son todo un acontecimiento: la discoteca aún no la pueden ni oler y, por una noche, su madre no les manda pronto a la cama. Las verbenas serán los lugares en los que los niños tengan su primer contacto con los serios efectos del alcohol: conocerán al borracho del pueblo y su facilidad para beberse hasta el agua de los floreros sin que nadie se dé ni cuenta. 

Los borrachos son un grupo al que se unen los asistentes según avanza la noche. Los reconocerás si vagan solos en medio de la plaza, y es que cualquier despiste puede hacer que te desorientes de tu grupo o que pierdas a tu mujer entre la multitud. Sin embargo, siempre se pueden entretener con el espectáculo que es en si la orquesta: sus coreografías y sus modelitos son casi hipnóticos para los que se hayan pasado de copitas... si vas sobrio te darás cuenta de que, en realidad, ni bailas, ni vistes tan mal como pensabas.

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