Si hubo algo de lo que hablar en la toma de posesión de Donald Trump como 47º presidente de Estados Unidos fue de los poderosos looks de su segunda hija, Ivanka Trump, y su madrastra y primera dama, Melania Trump, que eligieron la elegancia como primer atributo para la ceremonia. Para la segunda investidura de su padre, Ivanka se decantó por un estilo royal, al más puro estilo Letizia y Kate Middleton, que está firmado por la casa francesa Dior.
Concretamente, este estilismo es obra de la diseñadora italiana Maria Grazia Chiuri para la casa de moda francesa, que se inspiró en el diseño Favori AH1920. Con un fuerte guiño a la realeza europea -los inquilinos de la Casa Blanca son considerados en el país por muchos americanos como auténticos royals-, este look se compone por una chaqueta de cachemire verde bosque con capa en el lateral cruzada y un estrecho cinturón negro que define aún más la figura, que lució con una falda midi a juego.
Los complementos terminaron de elevar un estilismo que le otorgó el título de mejor vestida de la ceremonia, ya que la hija del presidente se decantó por un impoluto tocado del mismo color y tejido que el traje, unos guantes negros de piel, un bolso Lady Dior, medias negras tupidas y unos stilettos de tacón alto que le daban aún más personalidad a un look sin fisuras.
"¡Felicidades a mi padre por su inauguración como 47º presidente de los Estados Unidos. Estoy orgullosa de su determinación, resistencia y compromiso con nuestro país. Este momento es histórico y humilde. Mi oración es para que fortaleza, sabiduría y compasión guíen cada decisión de él. Que lidere con comprensión y un corazón abierto, esforzándose por llevar la unidad donde haya división y paz donde haya conflicto. Apoyémonos unos a otros como estadounidenses, y que Dios bendiga y guíe a mi padre y a todos nosotros", expresó la segunda hija del mandatario en su último post de Instagram.
Derroche de glamour en el baile inaugural
Para el baile inaugural que tuvo lugar más tarde, Ivanka tampoco decepcionó. La hija del político lucía un vestido blanco largo, adornado con patrones florales negros que se distribuían estratégicamente, como un jardín en tinta sobre lienzo inmaculado. Y es que, para Ivanka cada aparición pública es una oportunidad para dar una lección de elegancia y buen gusto, y de demostrar como la imagen pública es también una poderosa herramienta para, sin decir palabra, hablar con el público.
