Estilo de Vida

El restaurante La Catapa persevera en su solidez gourmet de lo elemental a lo excepcional

Recreamos la fiesta nacional de España en una popular y versátil taberna madrileña, el formato hostelero que mejor nos sigue representando.

Son la manifestación más democrática y entretenida de la proximidad ciudadana; recintos de cordialidad donde la concurrencia se complace, de manera espontánea y vivaz, en los oficios de boca indispensables: comer, beber y charlar. Las tabernas, a menudo desafiadas por modalidades pasajeras –cafeterías antes y alardes escénicos sin relieve culinario ahora–, pertenecen al ámbito humanista y su fundamento persiste mientras las anime el encuentro social sabroso y las relaciones cibernéticas no nos atajen.

Autoridad de su zona

La Catapa es acaso la predilecta del público de Retiro, aunque su alcance rebase los confines del barrio y ya sea referencia nacional. Tiene una barra en forma de ele, siempre repleta y entregada al fervor del tapeo y el vermú, la caña y el vino por copas, con mesas altas alrededor de su columna central, también activa como barra auxiliar. Dentro habilita un comedor de ocho mesas donde prolonga su desenvoltura gastronómica. No en vano, Miguel Ángel Jiménez, su promotor, acredita trayecto profesional al frente de El Amparo o Ramses y posee una noción clara de lo que gusta a sus parroquianos.

Desde su aparición, hace 12 años, nos devuelve las apetencias ilustres del sabor popular con ensaladilla rusa de faisán, croquetas y empanadillas solventes, torreznos – jugosos y crujientes a la vez– o anchoas de Santoña con asadillo como anticipos de mantel seguros. También competentes callos menudos, rabo de toro al vino tinto y oportunos platos de cuchara, como las verdinas con calamares y carabineros o unas lentejas de la Armuña con níscalos en mutuo e impecable punto. Hay un pescado del día a consultar siempre; sepietas de temporada con alioli y escupiñas crudas o a la sartén y navajas gallegas de profundidad, entre sus originales sugerencias, además de carnes rojas en opciones varias, tuétano asado, y exquisitas mollejas de cordero salteadas con boletus. Sin sustraerse de peculiaridades como el jamón de mar a base de atún fileteado, un estupendo salpicebiche de corvina, gamba roja y mejillones o una omelette de algas y lenguas de erizo de mar; un gozo insólito. Con numerosos platos en media ración o adecuados para compartirse.

Debido al carácter personal del lugar y su afluencia, el creador de La Catapa está en todo y a tiempo, pero es justo señalar el eficaz vínculo de colaboradores primordiales como Pedro Martos, activo y eficaz en barra; el sumiller Nico Fernández, gobernando una de las cartas más extensas y dinámicas de Madrid o el chef Salomón, discípulo absoluto de Miguel Ángel, en la operatividad de los fogones.

  • La Catapa
  • C/ Menorca, 14. Madrid
  • Telf. 915 742 615
  • www.tabernalacatapa.eatbu.com
  • Cierra domingo y lunes
  • Horario: 12 a 23 h
  • Precio medio restaurante: 45 €, sin bebida.
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