Estilo de Vida

Un siglo de Truman Capote, el origen del Nuevo Periodismo: revisitamos 'A sangre fría' y 'Desayuno en Tiffany's'

Sus impecables trajes, rey y señor de los corrillos de la alta sociedad neoyorkina, su lengua afilada y su poderosa escritura. Esa que le alzó como figura clave del Nuevo Periodismo. Irónico, febril y brillante, Truman Capote habría cumplido un siglo. Revisitamos el legado inabarcable del genio, autor de A sangre fría (Anagrama) y Desayuno en Tiffany's (Electa). Entre las novedades editoriales, la reedición de Remembranzas y confidencias de sus amistades, de George Plimpton (Libros del Kultrum); La dificultad del fantasma, de Leila Guerriero (Anagrama).

Capote nació en Nueva Orleans el 30 de septiembre de 1924. Dueño de todos los registros habidos y por haber, pintor de ambientes y autor de retratos singulares, Capote construyó un fresco de la humanidad. Considerado en su tiempo como un escritor artístico, su legado constituye un referente para la narrativa por ser el creador del género de la no ficción con su novela A sangre fría. Importó el lenguaje literario al relato periodístico para reconstruir el macabro crimen de la familia Clutter. En ese Nuevo Periodismo, se codeó con Tom Wolfe, Gay Talese y Norman Mailer.

Antes de viajar a 1959 y a Kansas, regresamos a su figura. La familia de Truman se mudó a Nueva York en 1932. De niño, mantuvo una tormentosa relación con su madre, que le dejaba encerrado en casa para irse "de juerga", recordaba el escritor en uno de sus textos. "Me encerraba horas y horas. Desde entonces, no soporto los cuartos pequeños y cerrados, asfixiantes y con olor a muerte". Para huir de la soledad, encontró refugio en los libros. Tenía 9 años.

Martinis, cigarrillos y cotilleos

Dio sus primeros pasos de reportero en The New Yorker. Frecuentó fiestas, donde compartía martinis, cigarrillos y cotilleos con la alta sociedad empresarial y política. Su elefantiásica memoria le servía para reproducir detalles y conversaciones, indiscreciones que se convertían en la comidilla de cócteles.

Escribió Desayuno en Tiffany's en 1958. Desayuno con diamantes, tal y como se tradujo en España (Random House), fue adaptado al cine por Blake Edwards en 1961. Una película que nos dejó la fotografía de una sofisticada Audrey Hepburn con guantes negros, un delicado vestido silueta, su moño y un collar de perlas de cinco vueltas mientras toma un café en Tiffany's. Y esas notas de Moon River, de Henry Mancini, y un cigarrillo.

Su adicción al alcohol y las drogas se agravó hasta que se apagó en 1986 a los 60 años. Entre sus íntimos, Harper Lee, autora de Matar un ruiseñor (Pulitzer en 1961), y quien fue su compañero y amor durante 30 años, el novelista y dramaturgo Jack Dunphy.

Lanzó In cold blood (A sangre fría) en 1966. Una novela que le llevó un minucioso trabajo de campo, con una detallada elaboración de los perfiles de los asesinos, Dick Hickcock y Perry Smith. A través de innumerables entrevistas con los criminales, Capote buceó en sus familias y entrevistó a vecinos de los Clutter hasta componer un puzle total en el que explosionaron dos mundos: el de una familia feliz, unida y emprendedora, epítome de la sociedad media americana, frente a dos criminales despiadados. La macabra matanza de los Clutter tuvo lugar el 15 de noviembre de 1959 en Holcomb, "en las altiplanicies trigueras del oeste de Kansas". Cinco años cuatro meses y 29 días después, el 14 de abril de 1965, Hickcock y Smith fueron ahorcados culpables de los cuatro crímenes. El escritor y guionista también ha firmado Música para camaleones, Plegarias atendidas, El arpa de hierba, Retratos, Tres cuentos, Los perros ladran, Cuentos completos y Crucero de verano.

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