Los coliseos de Madrid y Barcelona acogen los estrenos de Francesco Cilea y de Shostakóvich. Estas son las citas.
Se alza el telón de los dos teatros operísticos. El Real de Madrid inaugura la temporada con el estreno de Adriana Lecouvreur, de Francesco Cilea (1866-1950). Los reyes Felipe VI y Letizia asisten a la representación de apertura, que tendrá lugar el próximo lunes 23 de septiembre (Plaza de Isabel II, s/n).
Firma la puesta en escena David McVicar. Adriana Lecouvreur se muestra como un homenaje lírico al mundo del teatro cantado y musicado desde dentro: entre los bastidores, las tramoyas, detrás del telón y en el interior de los camerinos. La escenografía es de Charles Edwards; y el cuidadísimo vestuario dieciochesco lleva la factura de Brigitte Reiffenstuel. Un tributo a los escenarios que tiene rostro protagonista: una actriz que se siente atrapada entre las luces de la gloria y los focos de la fama y las sombras de su trágico destino personal. Encarnan este papel titular, en alternancia, Ermonela Jaho y Maria Agresta. Completan el elenco artístico del primer reparto Elina Garanca (princesa de Bouillon), Brian Jagde (Maurizio) y Nicola Alaimo (Michonnet). Los acompañan los Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, bajo la dirección de Nicola Luisotti. Se ofrecen diez funciones hasta el 4 de octubre. Tomen nota: será retransmitido en directo para España el 28 de septiembre en la programación de la Semana de la Ópera, 2025.

La pieza de gran popularidad, que llega por primera vez al escenario madrileño, es una de las más representativas del verismo tardío. La producción clásica de McVicar viene precedida por un gran reconocimiento desde su estreno en 2010 en el Covent Garden de Londres. También ha viajado al Metropolitan Opera House de Nueva York, La Scala de Milán y Staatsoper de Viena y la Ópera Nacional de París o el Liceu de Barcelona.

Un drama rural
Allí nos dirigimos, al Gran Teatre del Liceu, que prepara la apertura de su temporada operística con Lady Macbeth de Mtsensk, de Dmitri Shostakóvich. Un thriller de encaje cinematográfico considerado como una obra maestra del XX. Está basado en una drama rural oscuro que Nikolai Leskov escribió en 1865, cuando la literatura rusa se abría a Tolstói y Dostoyevski. La pieza sufrió la censura de Stalin en 1936 y Shostakovich llegó a temer por su vida. No fue hasta 1970 cuando regresó a los escenarios.

La historia nos lleva hasta la Rusia profunda del XIX, en Mtsensk, a 300 kilómetros de Moscú. Katerina es la esposa de un comerciante que ejerce sobre ella maltrato psicológico. Sometida también a la tiranía de su suegro, acaba en los brazos de un empleado de la fábrica familiar sin escrúpulos. Juntos perpetran un doble crimen y asesinan al patricarca y a su hijo heredero con la idea fatal de alcanzar una libertad inviable. Se estrena en el Liceu el 25 septiembre y está en cartel hasta el 20 de octubre. En La Rambla, 59, Ciutat Vella, Barcelona.