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Mari Pau Domínguez novela la épica vida de la cupletista La Fornarina: de la extrema pobreza a brillar en la intelectualidad de París

La cupletista La Fornarina y la nueva novela de Mari Pau Domínguez, 'La magia de la libélula'

La periodista lanza 'La magia de la libélula', la vida de esta artista de principios del XX que nació en la extrema pobreza, se codeó con la intelectualidad de París y brilló en Nueva York.

La vida novelada de la gran cupletista La Fornarina llena las páginas de La magia de la libélula (La Esfera de los Libros). Su autora, la periodista de Mari Pau Domínguez, nos acerca a la inmensa mujer, Consuelo Vello, que está detrás de esta artista irrepetible. Una cupletista que estudió danza, canto, solfeo e idiomas y se convirtió en una intelectual en el París de aquellos primeros años del siglo XX. Y una vida, la de Consuelo, que nos remonta a unos orígenes humildes de Madrid, de lavanderas en la rivera del Manzanares y de prostitutas en la Plaza Mayor. Una ciudad que vibraba con las estrellas de la época, como Pastora Imperio y Raquel Meller.

Como las libélulas que "son seres luminosos" e irradian destellos, así era Consuelo Vello, La Fornarina, inspiración que ha dado paso al título del libro, escribe la periodista. Consuelito nació en el Madrid de 1884, en la antigua Cuesta de Areneros, lo que ahora es la calle Marqués de Urquijo, en el barrio de Argüelles. En la Plaza Mayor Desde niña bajaba al río con su madre lavandera. Su padre, guardia civil, bebía aguardiente. Analfabeta desde la infancia, Consuelo ayudaba a Benita en las coladas y se ocupaba de entregar la ropa planchada en los pisos de la alta sociedad madrileña, tal y como relata la autora. En un entorno familiar de pobreza extrema, a los 14 ya ejercía la prostitución por unas monedas. Se colocaba en los soportales de la Plaza Mayor. La zona de prostíbulos abarcaba el callejón del Gato, Montera y más arriba, en las calles Barquillo y Almirante. Hasta que el Teatro Apolo se cruzó por su camino. Una historia de superación y talento y también de amor, el que le unió al periodista José Juan Cadenas. "Pepe fue mi luz", escribe.

Desde muy joven, Consuelo comenzó a leer y a estudiar. Debutó en el Teatro de la Zarzuela en 1902. Tenía 17 años y ahí comenzó su andadura por los escenarios. Relata Mari Pau cómo se conocieron la joven cupletista y el empresario teatral y dramaturgo: fue en teatro Romea en 1903.

Picasso y Proust en París

La vida de La Fornarina dio un vuelco junto a este hombre culto y elegante. Fue él quien la alentó a estudiar idiomas hasta que llegó a dominar el inglés, francés, portugués y alemán. De la mano del dramaturgo se integró en la intectualidad parisina. Allí vivieron su gran amor y allí entablaron amistad con los círculos artísticos de la época, frecuentados por Pablo Picasso y Marcel Proust y Colette, autora de novelas eróticas. La estrella de la canción interpretó grandes piezas de cuplé como El Polichinela, Clavelitos y Luna Park, que recibieron la aclamación del público. Su éxito se extendió por Europa, desde las vecinas Oporto y Lisboa hasta Berlín, Hamburgo y Viena. También giró por Holanda y por Suiza y su fama saltó a Nueva York. Le atribuyeron romances con el torero Rafael Gómez Ortega, El Gallo, y con el periodista Adelardo Fernández Arias. "Una mujer que vivió con pasión, amó intensamente y murió demasiado pronto en la cima de su gloria", escribe la autora. La Fornarina murió muy joven, a los 31 años, en un sanatorio madrileño.

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