Estilo de Vida

Marcando Estilo: el recorrido con el que descubrir los encantos y la mejor comida de Bogotá

Distrito Grafiti. La Candelaria. eE

Basta poner un pie en La Candelaria, en pleno centro histórico de Bogotá, para rápidamente descubrir los encantos que esconde la capital colombiana gracias a sus pintorescas calles y sus rincones cargados de historia y cultura. Bajo los cerros de Guadalupe y Monserrate y el regazo de la región de Cundinamarca, se encuentra una ciudad en la que resulta fácil quedarte atrapado por su variedad de sabores gastronómicos y sus mercados cargados de tradición.

El Corte Inglés y la Cámara de Comercio de Bogotá celebraron recientemente la tercera edición de 'Bogotá Marcando Estilo', un programa que potencia el turismo y la gastronomía bogotana y que acerca la riqueza de la ciudad a los clientes del grupo español. De la mano de ambos, iniciamos nuestro recorrido en el Parque de los Periodistas, que desde 2014 pasó a llamarse Parque de los Periodistas Gabriel García Márquez en honor al Premio Nobel de Literatura, fallecido el mismo año. Durante décadas fue lugar de encuentro entre periodistas, escritores y poetas. A su alrededor presenciamos el cauce del antiguo río San Francisco y el Centro Cultural Gabriel García Márquez.

De este punto partimos también a un paseo por el Eje Ambiental Avenida Jiménez, paso peatonal de unos 3 kilómetros en el que, entre otros atractivos, encontramos numerosas tiendas de esmeraldas. Se estima que Colombia representa entre el 70% y el 90% del mercado mundial de estas preciosas piedras de color verde intenso.

Distrito Grafiti

Si por algo se caracteriza Bogotá es por su galería de arte urbano al aire libre. Distrito Grafiti, en La Candelaria, es la mejor prueba de ello. Todos los grafitis transmiten un mensaje, una historia y buscan generar reflexiones sobre temas como la afrocomunidad, el folclore, la guerra, la paz, la injusticia, la ancestralidad o el medioambiente. Algunos de ellos, como el mostrado en la imagen inferior, honran a las heroínas de la Independencia. Desde 2016, según datos de Bogotá Distrito Grafiti, se han realizado más 600 obras de arte autorizadas.

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Una de las calles más pintorescas y turísticas de la ciudad es la del Embudo. Colorida y empedrada, cuenta con casas que han sido restauradas sin perder su estilo colonial. En esta calle encontramos el mural Kuna Tule, del artista Carlos Trilleras, que se ha convertido en uno de los iconos de La Candelaria y recoge la herencia indígena del país donde muchas culturas y lenguas siguen vivas. Del Embudo pasamos a la Plazoleta del Chorro de Quevedo. Rodeada de edificios coloniales, artistas callejeros también la utilizan como escenario de espectáculos públicos. En los bares de esta zona encontramos la mejor chicha, bebida alcohólica a base de maíz cuyo origen se debe a varias tradiciones indígenas a lo largo de los Andes.

Un cata y degustación del mejor café

Una vez descubierta esta pintoresca parte de La Candelaria, nos trasladamos hasta Divino Café para disfrutar de una cata de café. "Aprender a reconocer un buen café al probarlo, cómo comprarlo y cómo prepararlo mejor en la casa" era el objetivo marcado, y se cumplió a través de esta "explosión sensorial". Nos ayudó a ello Leandro Galindo Giraldo, dueño del local y miembro de una familia dedicada durante generaciones al café de especialidad. En esta cata degustamos diferentes cafés de origen único (Geisha, Bourbon Rosado, Bourbon Ají, Castillo Tombo y Caturra) en cuatro métodos diferentes de extracción.

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Para Leandro, que tiene abierto el establecimiento desde junio de 2018 en la Carrera 4 # 4-46 de Bogotá, es imprescindible el proceso del café en las fincas colombianas y el contacto directo con los productores: "Nuestro proceso es artesanal. Recolectamos los granos en su perfecto estado de maduración. Después son despulpados y comienzan su proceso de fermentación. Son lavados en agua limpia y finalmente llevados a los patios de secado. Es un arduo trabajo que requiere la mayor dedicación para lograr el desarrollo de extraordinarias notas de sabor".

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Leandro también nos habló de una de las épocas más complicadas, la de la pandemia del Covid-19. Durante estos meses se reinventaron y abrieron nuevas vías de negocio: "En ese período logramos conectar y hacer experiencias de café virtuales, lo cual nos permitió conectar con personas y empresas de todo el mundo y aprovechar la gran oportunidad de tostar nuestro café en origen y entregarlo en las manos del consumidor final en diferentes países".

De la Plaza de Bolívar al Museo del Oro

Continuamos nuestro recorrido por la Plaza de Bolívar. Declarada Monumento Nacional desde 1995, está rodeada de los principales edificios de la ciudad: el Capitolio Nacional, la Catedral Primada, la Alcaldía Mayor de Bogotá, el Cabildo, el Palacio de Justicia y el Museo de la Independencia. Una de sus calles desemboca en el El Septimazo, calle comercial del centro de la capital con tiendas y numerosos puestos de comida callejera.

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Al final de su recorrido llegamos al Museo del Oro, que exhibe la colección de orfebrería prehispánica más grande del mundo con un rico patrimonio de 34.000 piezas en oro. Todas ellas con una belleza inigualable y un valor histórico único, pertenecientes a diferentes culturas como Calima, Quimbaya o Tumaco, entre otras muchas. Entre las piezas que nos dejaron embelesados: el Hombre murciélago, la Máscara de Calima y la Balsa Muisca, que nos traslada a la ceremonia de la leyenda de El Dorado.

El Museo del Campesino

Tras la pandemia del Covid-19, el turismo rural se convirtió en uno de los más demandados. Cabe destacar que Colombia alberga el 10% de la biodiversidad a nivel mundial, ocupando el segundo puesto después de Brasil. Bogotá, en particular, abre un paraguas de posibilidades gracias a la región que rodea a la ciudad a lo ancho de la cordillera oriental. Hablamos de Cundinamarca, dividida en quince provincias con rincones que nos trasladan a otra época y nos hacen apreciar lo verdaderamente importante y lo terrenal de la vida, como el Museo del Campesino.

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Ubicado en el municipio de Gachancipá, en este lugar conocimos a la entrañable María Lilia Jiménez, que ha dedicado su vida a cuidar y cultivar semillas ancestrales libres de químicos. Conocida como la guardiana de las semillas, nos ofreció un completo desayuno de productos locales y cultivos de sus tierras.

María Lilia Jiménez. CCB

El propio museo fue la casa donde nació Lilia y que perteneció a su abuelo. Una casa con tejado de paja que se conserva tal y como fue, pues la propia Lilia, a sus 77 años, se ha encargado de mantenerla durante toda su vida.

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Y no nos fuimos sin probar una de las grandes delicias de la casa: el arequipe de cubio. Por esta propuesta recibieron en 2023 el Premio Excelencia Gourmet por contribuir a la divulgación del patrimonio material e inmaterial. Entre sus platos estrella, también está la Sopa de Indios, con ingredientes como alverja verde, papa criolla picada, costilla de res, cilantro o harina de maíz porva. Esta receta, además, formó parte del libro Sabores de Cundinamarca, publicado por Planeta.

Sopa de Indios. CCB

En el Museo del Campesino no sólo puedes disfrutar de los productos locales y los cultivos de sus tierras, también existe la posibilidad de pernoctar gracias a la posada turística con capacidad para ocho personas y el lugar acondicionado para el camping. Ofrecen además una ventaja a tener en cuenta, y es que dotan a los visitantes con el material necesario para acampar. Entre las actividades que ofrecen, caminatas por caminos de herradura o sesiones de relajación con técnicas de tejeduría en lana de oveja.

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Catedral de Sal de Zipaquirá

A 50 kilómetros al norte de Santafé de Bogotá y a 180 metros bajo tierra se encuentra una de las grandes maravillas de Cundinamarca: la Catedral de Sal de Zipaquirá, con más de 500 años de historia. Es el segundo templo religioso más grande del mundo, solo por detrás del templo de Damanhur, al norte de Italia. Construida dentro de los túneles de una mina de sal y con una superficie de 32 hectáreas, es uno de los santuarios más destacados del país gracias a su entorno subterráneo, la iluminación que resalta sus detalles y su rica colección artística en sal.

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Se divide en tres partes. La primera es un túnel de 400 metros que representa las catorce estaciones del Viacrucis. La siguen La Cúpula (con 11 metros de altura), la Rampa de descenso, el Coro, los Balcones y el Complejo del Nártex. Y terminamos con las grandes naves de la catedral. La Catedral de Sal recibió el año pasado a 667.000 personas. En la temporada alta, en Semana Santa, se congregaron hasta 47.000 visitantes.

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Uno de los rincones más especiales es el del Eje Sacro, donde hay una cruz enorme de sal que supera los cuatro metros. La cascada de sal con más de 80 años de antigüedad y el manantial o pozo de los deseos son otros de sus lugares mágicos. Al final del recorrido nos encontramos también con el Espejo de Agua, un espacio de 80 metros cuadrados dedicado a los sentidos y que deviene en un gran efecto óptico. Esta catedral también acoge exposiciones animadas o espectáculos de mapping. Y como curiosidad, puedes acabar tu visita con una relajante sesión de spa.

Plaza de Mercado Paloquemao

La variedad de frutas, verduras, especias y otros alimentos que hay en Colombia se aprecia en sus pintorescos mercados. El más grande es el de la plaza de mercado de Paloquemao, abierto desde hace casi 50 años. Ofrece una gran variedad de flores, frutas, verduras, cárnicos, abarrotes, hierbas o lácteos de primera calidad. Los productos son autóctonos y llegan de todas las regiones de Colombia. En este festín de colores y sabores, nos encandilamos también con las historias y las explicaciones de los vendedores que están allí desde hace varias generaciones.

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Mangostino, Gulupa, Granadilla, Chirimoya y Pitaya en Paloquemao. eE

Otras conocidas plazas de mercado son las de La Perseverancia y La Concordia, que también cuentan con espacios de comida típica. Se trata de los mercados donde los bogotanos acuden para el abastecimiento familiar. Los turistas acuden asombrados por la variedad de sabores que definen al país.

Distrito San Felipe

Este barrio, fundado desde hace 90 años, se ha convertido en el epicentro de una rejuvenecida movida cultural. Tanto es así que a día de hoy alberga una gran cantidad de galerías de arte como la del actor y cómico John Alex Toro y su mujer, la productora Lali Giraldo. Nos abrieron las puertas de su casa, que además es una galería de arte llamada Casa Plástica desde hace tres años. En ella se exhiben obras de artistas colombianos y extranjeros, aunque también prestan su espacio para conciertos en vivo y otros eventos relacionados con las artes escénicas.

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"Esta iniciativa parte de nuestro interés por involucrar a la comunidad", nos contó John Alex, que pretende acercar al turismo y también a los bogotanos a este barrio con la intención de que se adentren en la diversidad cultural y artística que ofrece. Y no es poca, pues San Felipe alberga 650 empresas de carácter cultural y creativo, representando el 29% de Distritos Creativos en Colombia. "Diversos emprendimientos no solo tienen que ver con el arte en su expresión más pura, también con artesanías o manufacturas", nos explicó el actor durante la visita.

¿Y dónde comer?

Como ya contamos, hasta 21 restaurantes ubicados en Bogotá-Región se presentaron a la tercera edición de 'Bogotá Marcando Estilo', programa de El Corte Inglés y la Cámara de Comercio de Bogotá para potenciar la capital colombiana como destino gastronómico a través de las propuestas de jóvenes emprendedores bogotanos. Seis de ellos pasaron a la gran final. Son Julián Molano, de Incorrecto Cocina; Juan Sebastián Rico, de Candado Bistró; Silvia Guzmán (Caffa); Edna Arredondo (Casa Tibaná); Edison González (Gilma); y Cristian Ramírez (Restaurante Danilo). Todos ellos están pisando fuerte en el sector gastronómico de la ciudad.

Restaurante Danilo

En Restaurante Danilo, el ganador, encontramos exponentes emergentes de la gastronomía local que apuestan por romper esquemas con su propuesta de autor. Combinan técnicas culinarias tradicionales, con emplatados y presentaciones contemporáneas. Su profundo respeto por el ingrediente local y orgánico, su atención al detalle y su constante investigación, hacen de Danilo un lugar para vivir una sorprendente experiencia gastronómica con sabores de Colombia a través de una mirada joven.

Plato 'Remembranza'. eE

elEconomista tuvo el gusto de degustar el menú presentado al concurso y recomienda especialmente el plato fuerte Remembranza, compuesto por lomo de res al bijao en salsa de panela y café, acompañado de croquetas de chuguas cubiertas con calado y un mix de lechugas de la huerta lavadas en limón. Sobre la cocción, Ramírez nos explicó que se calienta en caja china rústica: "Se coloca el lomo dentro, el carbón encima y ese calor empieza a cocinar", nos contó el chef Edison González, que será finalmente quien diseñe junto al equipo de I+D de El Corte Inglés los platos que compondrán el monográfico de cocina colombiana que se desarrollará a nivel nacional en más de 50 cafeterías de la cadena española.

Menú de Restaurante Danilo. CCB

Desde el local, además, nos insistieron en la importancia de "los sabores de la tierra", pues "la materia prima" se consigue de tres formas distintas: en las populares plazas de mercado de Bogotá, entre las que destacan Paloquemao, 7 de agosto y abastos; a través de proveedores que se acercan al restaurante ofreciendo productos especiales de la zona; y poniéndose en contacto con otros proveedores para encontrar las mejores flores, hortalizas, papas, hortalizas o pescados del mercado bogotano. "Tratamos siempre que sea lo más directo posible".

Gilma

En Gilma también tuvimos la oportunidad de disfrutar de la comida bogotana de mano de las propuestas del chef Edison González. Cuatro primos, inspirados por su abuela paterna Gilma, fundaron este local en 2021, tras los meses más duros de la pandemia, basándose en la cocina de antaño y en sabores que transmiten ese amor único que las abuelas ponen en sus platos.

"La cocina de Gilma es una cocina dinámica. Tenemos cambio de carta cada tres o cuatro meses y todo depende de los productos que tengamos al momento", nos contó una de las fundadoras, insistiendo en la importancia que el restaurante le da a los productos procedentes de la región y en el contacto directo y familiar que mantienen con los proveedores. Recomendamos especialmente su gallina rellena, marinada entre cuatro y cinco días con cerveza y cebolla; enriquecida con bechamel; y acompañada de diferentes tubérculos para dar con una explosión de sabor.

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De Aquelarre a Andrés Carne de Res

Consagradas propuestas colombianas también encontramos en populares restaurantes como Aquelarre y Andrés Carne de Res. El primero ofrece "comida de vocación, viajera y colombiana" en palabras de los responsables del establecimiento. Su carne de chicarrón cocinada ocho horas a fuego lento en el horno y el típico almuerzo colombiano son toda una delicia para el paladar, al tiempo que todo un descubrimiento. Andrés Carne de Res, por su parte, es uno de los lugares favoritos entre los bogotanos por su ambiente único y la mejor comida típica del país. De las arepas te resultará difícil olvidarte. En cualquier día de la semana y en fin de semana encuentras en su interior una auténtica fiesta y el lugar perfecto para empaparte de la cultura colombiana.

Aquelarre. eE
Almuerzo Aquelarre. eE

Por último, recomendamos especialmente visitar El Tejo La Embajada, donde puedes descubrir y practicar el deporte típico del país, al tiempo que tomas algo y te diviertes con amigos en un ambiente distendido. Daniel Lozano, el dueño del local, transmite la pasión de los bogotanos por su deporte nacional y hace todo lo posible porque este no se pierda de generación en generación. "Asegurar su futuro es nuestra misión", nos explicó. El tejo es un deporte de competencia, en el cual se enfrentan jugadores en forma individual o generalmente conformando equipos. El juego consiste en lanzar el tejo desde una cancha a la otra con el objetivo de enterrarlo dentro del bocín, reventar una mecha o en su defecto, enterrarlo más cerca al bocín que los demás competidores. El local abrió tan solo tres meses antes del estallido de la pandemia y durante los meses más difíciles se dedicaron a vender y exportar su propia cerveza, la Non grata, para "salvar el negocio". Su próximo objetivo: abrir locales en Madrid o Barcelona y Miami. Hasta 6.000 personas al mes llegan a visitar el establecimiento bogotano, en el que incluso han competido embajadas de diferentes países entre sí en una competición en forma de olimpiadas.

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