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'Un baile de máscaras', de Verdi, envidias y conspiraciones en el Gran Teatre del Liceu en Barcelona

‘Un baile de máscaras’. Gran Teatre del Liceu

Barcelona acoge el nuevo montaje operístico basado en la producción de Graham Vick sobre el drama verdiano. Una mirada a la historia y al magnicidio de Gustavo III de Suecia en 1792.

Una de las obras más queridas del mundo operístico, Un baile de máscaras, vuelve al escenario del Gran Teatre del Liceu. Cuando Giuseppe Verdi escribió Un Ballo in Maschera, en 1857, ya había llegado a la cima con Rigoletto, Il trovatore y La traviata. Ahora Jacopo Spirei, a partir del proyecto de Graham Vick, dirige esta joya lírica que se estrena en el coliseo barcelonés el viernes 9 de febrero. Estará en cartel hasta el día 20 del mismo mes.

La historia, con libreto original de Eugène Scribe, está inspirada en la conspiración política que alentó el asesinato del rey Gustavo III de Suecia en 1792. En un baile de disfraces el monarca recibió un tiro que acabó con su vida. Envidias mezcladas con pasiones amorosas, celos y venganzas confluyen en la obra maestra de Verdi. Cuando se representó en Nápoles, la ópera despertó una ola de censura por el asesinato del rey y por algunas escenas de brujería. El autor tuvo que adaptarse a las prohibiciones y recreó la trama sueca en el Boston de finales de aquel siglo. El británico Vick, Comendador de la Orden del Imperio en 2009, comenzó a trabajar en la producción de Un Ballo in Maschera con motivo del Verdi Festival de Parma de 2021. Un proyecto inacabado porque murió ese mismo año a la edad de 68. Renovador y experimental en el escenario, el director hizo accesible la ópera a todos los públicos e hizo resonar en nuestros días las grandes obras operísticas de la historia. También, con Un Ballo. Le recogió el testigo Jacopo Spirei, su discípulo y amigo.

Ceremonia de la anarquía

En este montaje la máscara siempre está presente. El baile, como celebración colectiva, no se escenifica solo al final. Tanto al comienzo de la ópera, como al final del primer o segundo acto, el escenario se llena de figuras andróginas que representan diferentes maneras de hackear la realidad. Es la ceremonia de la anarquía, de la confusión y de la provocación. Firma la coreografía Virginia Spallarossa.
En la producción de Vick se mezclan tiempos históricos. Vemos una escenografía moderna a partir de una pantalla semicircular y un vestuario de época. Richard Hudson rubrica escena y vestuario. Este montaje cuenta con Freddie de Tomaso y Arturo Chacón-Cruz como Riccardo; Artur Rucinski y Ernesto Petti como Renato; y Anna Pirozzi y Saioa Hernández como Amelia. Un sinfín de divos ha interpretado esta obra, como Giuseppe Di Stefano, Richard Tucker y Carlo Bergonzi con Rita Orlandi Malaspina. También, Montserrat Caballé y Plácido Domingo.

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