El escritor y editor de economía del Financial Times habla sobre el matrimonio democracia y capitalismo. Wolf ha dado una masterclass en la Fundación Rafael del Pino.
Lanza Martin Wolf esta pregunta: "Por qué el matrimonio entre democracia y capitalismo se diluye y qué debemos hacer para solucionarlo". Y asegura que "ambos se necesitan mutuamente". Este es el eje central de La crisis del capitalismo democrático (Ediciones Deusto), el nuevo título de Martin Wolf, editor asociado de Economía y comentarista económico jefe del Financial Times.
En su conferencia en la sede de la Fundación Rafael del Pino, en Madrid, el periodista económico arrancó su presentación con una cita de Aristóteles, quien puso en valor las clases medias: "Aquellos estados en los que la clase media es sólida y más fuerte que los ricos o los pobres cuenta con todas las posibilidades de tener una constitución democrática bien gestionada", según palabras del "primer politólogo". Señaló también una cita que aparece en el templo heleno de Apolo: "Una sociedad sofisticada civilizada es el resultado de un equilibrio delicado de elementos que posiblemente entran en conflicto. El gran error que comenten quienes están en los extremos es creer que esto se puede simplificar dejándolo en una única cosa".
"Estamos presenciando una recesión democrática", continuó el autor, que subraya el valor esencial de las elecciones justas en una democracia liberal: "Los intentos de cualquier jefe de gobierno de derrocar las elecciones son una traición al orden constitucional", reseñó señalando a Donald Trump. "El Partido Republicano ya no se siente comprometido con la más básica de las normas democráticas, que es la de unas elecciones justas. ¿Cómo va a sobrevivir una democracia si la gente piensa que lo único importante es ganar?", reflexionó.
Señala el autor en su libro que la democracia liberal está amenazada, incluso, en Reino Unido y Estados Unidos, los países donde nació. ¿La razón? una ola populista global.
En la presentación, argumentó que la economía de mercado "tiende a ser global y cosmopolita", mientras que el Estado democrático, por definición, "es territorial". Al hilo de la tensión entre capitalismo y democracia, aseguró que "si la economía no atiende los intereses de la mayoría", vemos "cómo salen a la luz demagogos populistas".
"Ansiedad por el estatus"
En las democracias de los países de renta alta la desigualdad social va en aumento. "El miedo a perder poder económico ha creado lo que se llama ansiedad por el estatus", recalcó Wolf.
Pese a todo, el británico defiende que la democracia liberal ha superado muchas dificultades y que "sigue siendo el mejor sistema". Se basa, dice, "en una creencia genial, que es que la gente tiene derecho a decidir lo que quiere decidir y a vivir lo que quiere vivir. Lo difícil es renovar la democracia y el capitalismo. Esta renovación debe estar animada por la soberanía compartida". Para que la democracia funcione, no podemos considerarnos solo trabajadores, ahorradores, consumidores, inversores. También tenemos que considerarnos ciudadanos. La ciudadanía debe cumplir tres aspectos: fidelidad a las instituciones democráticas; preocuparse porque los ciudadanos vivan una vida plena; y una economía que permita a todos un futuro mejor."