Un bocado refinado de masa de mantequilla y huevos aromatizados con cítricos y agua de azahar. Es el delicioso pan de muerto mexicano que ofrece El Horno de Babette para el Día de Todos los Santos.
El pan de muerto se compone de una bola central que simboliza las tumbas antiguas, sobre la que descansan dos tiras con forma de huesos que se cruzan. En los bollos más grandes, se corona la preparación con una pequeña bola de masa a modo de cabeza. En México, este pan dulce aúna el respeto por los seres queridos que ya no están y la celebración de la vida. Un pan festivo que forma parte de las ofrendas que colocan en sus famosos altares, cuyo aspecto recuerda a las preparaciones con forma de calavera que consumían los mexicanos en tiempos prehispánicos.
Para realzar el gran valor gastronómico del pan de muerto, en Babette han optado por usar mandarina como cítrico, tan aromática en esta época del año cuando aún no ha llegado la naranja. La fermentación lenta es fundamental para que se desarrollen los aromas y en este caso, además de levadura, usan su afamada masa madre. Una vez cocido, el pan se pincela con mantequilla y se espolvorea con azúcar. Como bien señala el dicho popular: "Llévate mi alma, quítame la vida, pero de mi pan de muerto, ni una mordida". Estará disponible en dos tamaños en sus tiendas de Madrid desde el día 27 de octubre al 5 de noviembre, con un precio de 4,20 euros la bola de 90 gramos.