En el centenario del escritor italiano, revisitamos su obra. El autor de El barón rampante, todo un clásico del XX, vaticinó realidades es sus Seis propuestas para el próximo milenio.
Miramos a Italo Calvino para celebrar su legado literario universal. Se cumplen cien años de su nacimiento en La Habana, en Cuba, el 15 de octubre de 1923. Un escritor de visión global, de pensamiento y de reflexión, que transitó entre el neorrealismo italiano y también en la fábula. Encontró su espacio en la narración fantástica, con la famosa trilogía Nuestros antepasados, compuesta de los títulos El vizconde demediado, El barón rampante y El caballero inexistente. En esta escritura, el italiano elabora un retrato del hombre contemporáneo y de su existencia. El segundo texto, el más leído, supone la alegoría del jovencísimo barón de Rondó, Cosimo, de 12 años, que, envalentonado por su propio acto de rebeldía, se niega a pisar el suelo y se queda a vivir en la copa de árbol. Un relato de fantasía con el trasfondo de la desobediencia, la libertad y la capacidad que tiene cada persona para ser dueña de su propio destino. En una ocasión comentó el novelista italiano que vivimos en un mundo de "no excéntricos", de personas "a las que se les niega la individualidad". Desde lo alto de los árboles, Cosimo será testigo de la Historia, de la Revolución Francesa y de las Guerras Napoleónicas. Y también vivirá el amor.
En 1967 se muda a vivir a París y, a través de sus contactos con el grupo literario Oulipo, escribe Las Cosmicómicas, un conjunto de relatos de ciencia ficción sobre la creación del universo, a través de un ser sobrenatural. Destacamos también Las ciudades invisibles, sobre un viaje que Marco Polo a Kublai Kan, emperador de los tártaros. En palabras del propio autor, esta obra es "un último poema de amor a las ciudades, cuando es cada vez más difícil vivirlas como ciudades".
Para comprender su visión global del mundo hay que remontarse a su infancia de emigrantes en Cuba, con su padre, ingeniero agrónomo anarquista; y su madre, botánica y profesora universitaria. Calvino tenía solo dos años cuando su familia regresó a Italia. Se instalaron en San Remo, Liguria. El joven Italo recibió una educación laica, socialista y antifascista. Uno de sus compañeros de clase en el colegio fue Eugenio Scalfari, periodista fundador de La Repubblica.
Ingresó en la Universidad de Turín para estudiar lo mismo que su padre, ingeniería agronómica. Estalló la Segunda Guerra Mundial, que provocó la interrupción de su carrera. En la ocupación italiana se unió a las Brigadas Partisanas de Garibaldi, se afilió al Partido Comunista y colaboró en periódicos de la época. Debutó en la novela de manos de Cesare Pavese, quien le abrió las puertas de la prestigiosa editorial Einaudi. Vivió en París entre 1967 y 1980. Murió en 1985 en Siena, mientras escribía su célebre e inconclusa Seis propuestas para el próximo milenio, que preparaba para la Universidad de Harvard. Un ensayo visionario sobre la levedad, rapidez, exactitud, visibilidad, multiplicidad y consistencia.