Estilo de Vida

Vuelve a Marbella el chef Diego del Río con el Boho Club de la Milla de oro

Andaluz internacional y cocinero elástico, mantuvo durante ocho años en El Lago la primera estrella Michelin que se logró en Marbella y Málaga entera.

Boho Club es un resort con bungalós de estilo nórdico diseminados sobre una ladera que contempla el Mediterráneo en los aledaños de Puerto Banús, a unos seis kilómetros del centro de Marbella. Caracterizado por su notoriedad gourmet, propone diversos recintos –interiores o al aire libre– con prolongados horarios y brigadas de cocina, bodega y sala muy competentes, atributos poco habituales en la modalidad turística del resort, cuya excelencia genera interés en el público de paso.

No es poca la garantía que otorga la presencia del chef Diego del Río como responsable gastronómico del lugar desde hace tres años. El prestigioso chef de Ronda pertenece a la promoción 1999 de Le Cordon Bleu de Paris, capital donde ejerció su actividad profesional en dos restaurantes legendarios: el Fouquet's de Campos Elíseos y el Fours Seasons, del hotel George V, tareas a las que añadió su posterior formación como chef en el Westmister College de Londres, antes de incorporarse a El Lago, donde su presencia fue decisiva, y más adelante a la dirección culinaria de varios hoteles.

Destaca la dualidad regional y cosmopolita de este chef, andalucista ante el producto y mundano en sus criterios profesionales, cuya audacia congenia con la emotividad hogareña local, lo que dota de amenidad y sustancia a cada sugerencia. Su asequible menú degustación de más de diez pases es una rara avis en el universo marbellí y la simple reseña de algunos platos lo pondera: la peculiar ostra aliñada al dry vermut o las impecables croquetas de aperitivo, su insólita sopa de maíz con mojo de aguacate y hortalizas, una vieira curada en crema de calabaza con nieve de sake, el pulpo de los caladeros de Estepona a la brasa, las exquisitas gyozas de bogavante, un ramen de puchero con esencia serrana, la suprema de lubina sobre gazpachuelo, el lomo de salmonete en sopa de cebolla, puré de jengibre y queso payoyo, una delicada paletilla de chivo malagueño de inspiración sefardí con labneh, chutney de cebolla y yerbabuena o la Pávlova de merengue crujiente y frutos rojos, como colofón goloso, evidencian la autoridad de un chef propicio al designio hotelero y gourmet del lugar. Desde sus magistrales huevos Benedictine, al desayuno.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky