Estilo de Vida

Plan International trabaja para romper tabúes y garantizar a niñas y mujeres el acceso a productos de higiene menstrual

En muchos lugares del mundo, niñas y mujeres se enfrentan a barreras por el simple hecho de menstruar. La falta de acceso a productos e instalaciones sanitarias adecuadas, unido a los mitos y tabúes que rodean a la menstruación, tienen un impacto muy grave en la salud, educación y bienestar de miles de niñas y mujeres.

Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Higiene Menstrual, Plan International reclama el derecho a una menstruación digna y segura para garantizar el acceso a información, a instalaciones sanitarias adaptadas y a productos de higiene menstrual.

Unos 300 millones de niñas y mujeres tienen la regla cada día, sin embargo, este proceso natural sigue siendo un tema tabú en muchas comunidades: está prohibido visitar lugares de culto, comer ciertos alimentos o cocinar si se está menstruando. Tampoco está permitido bañarse, hacer tareas del hogar o interactuar con niños y hombres. Según la investigación A Bloody Serious Matter de Plan International, en Uganda e Indonesia la mitad de las adolescentes no van a la escuela cuando están menstruando, perdiendo hasta 24 días de escuela al año.

Muchas se ven obligadas a utilizar productos antihigiénicos como periódicos viejos, trapos, tierra, arena u hojas, algo que les puede provocar graves infecciones. En los países de bajos ingresos, los productos sanitarios se consideran "artículos de lujo". En El Salvador, un paquete de 10 compresas cuesta 3 dólares, lo mismo que un kilo de arroz.

Por eso, la organización lleva años facilitando información a niñas, mujeres y comunidades; proveyendo de acceso a instalaciones sanitarias adaptadas en escuelas y comunidades; formando a niñas y mujeres para que fabriquen compresas en aquellos lugares donde no se pueden conseguir; y repartiendo kits menstruales en contextos de emergencia.

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