Decía Mark Zuckerberg que "el riesgo más grande es no asumir ninguno". Cuando creces en el seno de una familia de emprendedores, aprendes pronto que el fracaso es siempre una posibilidad, pero que su existencia no ha de limitarte nunca a la hora de tomar decisiones, de avanzar y de moverte en la dirección de tus metas y sueños. Quizá es por eso que mi decisión de emprender en el mundo de la gastronomía fue un proceso natural, orgánico y casi inevitable: y es que la pasión que siento por la cocina – y que heredé de mi abuela y mi madre desde pequeñita – y la emoción especial que siento cada vez que tengo la oportunidad de compartir lo mejor de mí a través de cada una de mis recetas tuvieron siempre más peso en la balanza que cualquier hipotético riesgo potencial.
El mundo de la gastronomía es uno de los sectores que más ha crecido y evolucionado en los últimos años. A día de hoy, la cocina se ha convertido en un arte, una forma de expresión y una experiencia que va más allá de un simple bocado. Es una manera de entender y vivir la cultura, de experimentar y conocer la naturaleza, de relacionarte con el mundo y de compartir con aquellos que quieres.
Es precisamente este crecimiento que ha ido experimentando el sector gastronómico a lo largo de estos años lo que ha dado lugar a un mercado amplio y muy competitivo en el que la calidad, la creatividad y el servicio al cliente son fundamentales para que una marca pueda alcanzar el éxito. Bien es cierto que estas premisas las tuvimos muy claras en VE-GA Catering desde el principio: ofrecer un producto de buena calidad y de proveedores de confianza, elaborar recetas tradicional que evoquen recuerdos en torno a la mesa incluyendo giros actuales y muy nuestros y, sobre todo, ser capaces de transmitir el cuidado y el cariño con el que hacemos cada una de nuestras creaciones para que los clientes, cada vez más exigentes, conocedores del mercado y con un amplio abanico de ofertas, puedan entender la verdadera esencia y el valor diferencial que tiene nuestro proyecto.
Otros aspectos fundamentales a destacar que forman parte del sello de VE-GA son la capacidad para reinventarse y la personalización, características que van conmigo de la mano desde que empecé en este sector ya que la cocina se fue desarrollando en mi vida como un hobby mientras comenzaba mi trayectoria laboral en empresas de moda y lujo. Así fue hasta que un día, casi de manera casual, decidí dar el salto al mundo gastronómico con la elaboración de cajas de tartas y galletas que en un principio regalaba a los más allegados y que convirtieron en mi puerta de entrada a poder afrontar nuevos encargos y retos cada vez mayores. Cuando finalmente decidí dar un paso al frente y apostar por profesionalizar de verdad esta forma de vida que me apasionaba, fue cuando llegó la apertura de VE-GA Catering, momento en el que tuve que reinventarme en el plano profesional, lo que me ha permitido mejorar mis habilidades de personalización en la atención al cliente y la capacidad de adaptación a las demandas específicas de cada solicitud.
Y, es que el valor diferencial de una marca reside en la parte humana del proyecto. El cliente busca marcas capaces de empatizar con sus valores y filosofía, creando un vínculo más allá de lo comercial. Por eso, para mi es muy importante que el cliente conozca el alma de VE-GA y entiendan el mimo y detalle con el que trabajo cada una de las peticiones que recibo. Así, considero que la clave del éxito se encuentra en saber transmitir con seguridad y atención, la calidad, profesionalidad y el saber hacer a través de nuestro equipo humano.
El resultado de este trabajo se materializa en nuestro recorrido de más de una década y todos los que quedan por venir. Por ello, a aquellos que empiezan en el mundo de gastronomía sin experiencia previa como es mi caso, les diría que persigan su sueño, que el amor y la pasión son el motor de todo y que cada aprendizaje será muy útil para cada experiencia de la vida. Nosotros cada día seguimos aprendiendo para mejorar y cumplir con las expectativas de nuestros clientes haciéndolo siempre desde el corazón.
*Este artículo ha sido por María de la Vega, creadora y fundadora de VE-GA.