Inmersos en la temporada conocida como 'bbc' o 'bodas', bautizos y comuniones', los nervios, la ilusión y las ganas, pero, sobre todo, el ajetreo con los preparativos, empieza a aflorar.
Comienzan las dudas y la toma de decisiones en un día tan importante se vuelve cada vez más complicada. Entre tantas, la elección del vino, un detalle fundamental en cualquier celebración que marcará el ritmo del evento y dirá más de lo quizás te imaginabas. Pero, ¿cómo saber que vino debes elegir y que no podrá faltar en este día tan especial?
Un vino que se adapte a todos los gustos
Una de las dudas y de las preocupaciones principales a la hora de la elección es la de conseguir un vino que guste a todo el mundo. Hay quienes son más de tintos y quienes son más de blanco o rosado, pero, sin duda, si un vino es bueno y de calidad, son pocos los que pueden llegar a resistirse a convertirlo en su fiel acompañante durante la jornada.
Para que un vino consiga este requisito es fundamental saber toda la historia que tiene detrás, su proceso de producción y las condiciones en las que se ha dado vida a este vino. Precisamente esto es lo que hace del vino Dominio Basconcillos, un vino de altura único con rasgos totalmente identitarios y de una calidad excepcional.
En esta bodega, e impulsado por su fundador José María Basconcillos, entienden la viticultura como un homenaje a la naturaleza, a la tierra y al entorno que les rodea. La artesanía y el carácter humano y cercano en cada etapa es clave para ellos. A esto se le añade las condiciones únicas en torno a su entorno, localizado en un paraje de altura a unos 1.000 metros sobre el nivel del mar y con un clima y una tierra que dan fruto a un vino inconfundible.
Desde Dominio Basconcillos tienen claro que "sólo respetando los ciclos naturales se consigue lo mejor de ello".
Un vino con una historia detrás
Un vino cuenta historia, habla de un lugar, de una época del año, e incluso habla de personas.
En un momento tan emocionante y especial como este, es importante que el vino no solo tenga un buen sabor, sino que cuente y transmita algo especial que haga ese momento único que permanezca para siempre en el recuerdo.
La historia de Dominio Basconcillos se remonta hasta finales de los 90, cuando José María basconcillos decidió dejar de lado su pasado industrial, para centrarse en su principal pasión: la naturaleza y el campo. Este padre de familia apostó por un proyecto que es, a día de hoy, un negocio familiar del que ya tres generaciones disfrutan compartiendo una pasión común.
Sus dos hijas, Carmen y María José Basconcillos, recogen ahora su testigo para continuar transmitiendo íntegros cada uno de los valores iniciales de su fundador con la mirada puesta en un futuro mejor, más honesto y fiel a sus raíces y filosofía.
Un vino con buena presencia
La presencia de un vino es tan importante como lo que esconde en su interior. Como si de un buen traje se tratase, todas las partes de la botella, desde el embotellado hasta la propia botella dicen algo y representan al vino que albergan.
En su búsqueda por la excelencia, la bodega cuenta con un nuevo etiquetado, un sello sencillo pero elegante con carácter el castellano que corre por la sangre de esta familia bodeguera y donde el amor por la tierra y el viñedo está representado a través de sus colores.
Esta nueva etiqueta refleja y da poder a la esencia de Dominio Basconcillos, que reúne familia y viñedo en un único nombre, y cuya bodega inspirada en los Châteauxes franceses cuenta con un único pago, también conocido como dominio, donde el viñedo está localizado en una única finca.
"A la hora de elegir los materiales, hemos comenzado un camino de trabajar únicamente con materiales sostenibles. Siempre que podemos utilizamos materiales reciclados, o en su caso si no son biodegradables", señalan desde Dominio Basconcillos.