Madrid
Relajarse, evadirse, soñar: las velas perfumadas de Cartier realzan cada instante y embellecen el ambiente como un ritual poético. Celebran al mismo tiempo el culto a los objetos preciosos y el arte de la perfumería. Buscan transmitir la belleza de la naturaleza en casa y ofrecen contemplarla. Invitan a volver a casa para evadirse mejor.
Se trata de cuatro velas de porcelana que aportan un toque de color al espacio olfativo, vestidas con los códigos del joyero Cartier, desde su emblemática forma hasta su motivo guirlande.
Cuatro velas concebidas por Mathilde Laurent, perfumista de la Maison, que son capaces de evocar un paisaje o la inmensidad y acercarnos a la naturaleza.
"A través del humo, origen del perfume*, he querido ofrecer la posibilidad de crear paisajes sorprendentes, reales o imaginarios, en casa. Al encender Les Écrins Parfumés, redescubrimos el placer de los momentos que vivimos rodeados de naturaleza e invitamos a todos a entrar en el inexplorado mundo sensorial del olfato", afirmó Mathilde Laurent.
Pétales, désert, canopée, neige
Cada vela tiene un aura propia y está pensada para encenderse sola o combinada con las otras.
Frescor, calidez, verdor, dulzura, ligereza: todo se mezcla, todo es posible, todo es inédito. Un sinfín de contemplaciones compuestas por notas delicadas, que se intensifican cuando se encienden juntas y los acordes se funden.
