Estilo de Vida

Redescubre a Ramón J. Sender a través de la exposición 'Memoria bisiesta' en el Instituto Cervantes

Con motivo del 40º aniversario de su muerte, la sede madrileña del Cervantes acoge la muestra Memoria bisiesta sobre el rico legado del escritor oscense, que vivió exiliado en Nueva York.

Se definió a sí mismo como "un campesino aragonés que come pan, bebe vino y dice la verdad". Para rendir tributo a su inmenso legado literario, el Cervantes alberga la muestra Ramón J. Sender. Memoria bisiesta, que invita a redescubrir la figura del prolífico escritor, gran narrador de la España del siglo XX. Además, la retrospectiva desvela la desconocida faceta del artista como pintor. Se puede visitar en la sede madrileña del instituto hasta el 16 de octubre.

Comisariada por José Domingo Dueñas y Chus Tudelilla, la exposición lleva un título inspirado en una de las últimas publicaciones de Sender, Memorias bisiestas: bajo el signo de sagitario (1981), y se articula en torno a la figura del artista. Un nombre escogido "para llamar la atención sobre la urgencia de activar la memoria", apunta Tudelilla. Un ejercicio que en el caso del autor oscense "es sencillo", señala la comisaria, puesto que su vigencia "está presente a través de sus libros, que son reflejo de nuestra literatura y de nuestra historia".

Su faceta de pintor

En el core de la exposición se sitúa su legado bibliográfico, que reúne las primeras ediciones, traducciones y reediciones de sus libros. Especial mención merecen las primeras ediciones de tres de sus principales publicaciones: Imán (1930); Míster Witt en el Cantón (1935), novela con la que obtuvo el Premio Nacional de Literatura; y Réquiem por un campesino español (1960). También se puede ver una selección de las cartas que el escritor intercambió con la novelista Carmen Laforet.

El director del Cervantes, el poeta y ensayista granadino Luis García Montero, ha puesto en relieve la figura de Sender, como "un personaje significativo para estudiar la evolución cultural del siglo XX". Además, ha destacado "su conciencia crítica, reivindicación de la justicia social y denuncia del autoritarismo".

Sender en el cañón del río Vero, Alquézar, 1922. Diputación de Huesca

La exposición exhibe una faceta menos conocida de aragonés, la de artista plástico. Pueden contemplarse cinco pinturas firmadas por él: Problem 001 (1947); Amulet 5 (1967); Retrato con cuervo (1975); Sin título (1979) y Naufragio (sin fecha), que se presentaron, por vez primera, en la histórica galería Multitud de Madrid, en 1975.

La muestra también recoge fotografías, esculturas y dibujos firmados por artistas aragoneses que compartieron el compromiso político del escritor, cuya vida estuvo marcada por sus largos años de exilio y por el convulso tiempo que vivió. Entre las obras sobresalen la escultura en chapa de hierro y madera El agarrotado (1929) de Ramón Acín y los dibujos firmados por Federico Comps.

Su exilio en Nueva York

El escritor se refugió en EE UU, tras haber perdido en la Guerra Civil a quien sería su primera mujer. Amparo Barayón fue ejecutada, a los 32 años, en el cementerio de Zamora en octubre de 1936. También perdió a Manuel Sender, su hermano. La etapa del novelista en Nueva York fue muy prolífica. Sender murió en San Diego, California, en 1982.

Algunas de las novelas más emblemáticas del escritor de Chalamera de Cinca (Huesca) fueron adaptadas al cine, como la mencionada Réquiem por un campesino español (1960), por Francesc Betriú en 1985; Valentina. Crónica del alba. 1ª parte (1982); y 1919: Crónica del alba. 2ª parte (1983), ambas adaptadas por Antonio Betancor. Precisamente, en la exposición se proyecta el documental Sender: la emoción de los primeros gestos, realizado por Marta Javierre Acín. Un montaje compuesto por planos de las películas Crónica del alba.

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