Aquí se viene a divertirse y a comer, muy bien, la cocina italiana de base clásica con giros de autor del chef Fermín Azkue. Solo hay que atravesar su puerta para que se levante el telón y empiece el espectáculo.
Arrogante es el último proyecto de la firma SLVJ, el potente sello hostelero con presencia en España y en América, de norte a sur. Es su segundo concepto gastronómico, en esta ocasión con una propuesta de cocina italiana en la que no faltan la pasta y la pizza, además de un apartado de crudos, en una versión muy sofisticada, igual que la coctelería con la impronta creativa de Borja Goikoetxea, head bartender de los distintos restaurantes SLVJ.

Pero aquí se viene a algo más que a comer. La escenografía –porque el concepto supera ampliamente el mero interiorismo– del grupo Ilmiodesign es tan impactante como envolvente, un cruce sugerente entre una pista circense y un escenario de cabaret burlesque, inspirado en el circo, en el carnaval italiano, en la Comedia del Arte. La velada se convierte en puro teatro desde el momento en que se atraviesa la puerta. Terciopelo, rojo dominante, máscaras, juegos de espejos y una cuidada iluminación que crean una atmósfera teatral.

Puro teatro
La música es otro de sus aciertos, una playlist de canciones italianas archiconocidas de los 70, 80 y 90 –desde el Bella Ciao a Raffaella Carrá– que inyectan buen rollo y acompañan a los comensales en una inmersión a la fiesta, salpicada con las actuaciones de acordeonistas, cantantes de ópera, magos. El espectáculo va in crescendo hasta convertir la velada en una performance de extravaganza, un género musical –y literario– italiano que se caracteriza por la libertad de estilo y estructura, y que suelen contener elementos de burlesque, pantomima, music hall, cabaret y circo, todo en uno. Y así, una cena se convierte en una elaborada, espectacular y suntuosa producción teatral.
Este fabuloso escenario se dinamiza con los espectáculos nocturnos que dirige y coordina Álex G. Robles, responsable de la parte artística de grupo SLVJ. Se han diseñado 13 números distintos en total, unos 6 por noche. El coreógrafo atesora más de tres décadas de experiencia en grandes escenarios como el Tetaro de la Zarzuela de Madrid, el Royal Albert Hall y el Estadio Wembley Arena, ambos en Londres.

En dos actos
Es un espectáculo en dos actos. A la luz del día es un animado espacio festivo circense, con guiños de parque de atracciones infantil, en el que se dejan ver familias con niños.
Por la noche todo cambia, y la atmósfera invita a encuentros íntimos y románticos o a planes absolutamente desenfrenados donde los comensales terminan –aunque no lo pretendan– dejándose llevar y formando parte del espectáculo.
En la mesa, las propuestas del chef venezolano son una extensión de la estética del local, resultado de su estancia en Italia y su paso por stages con chefs de renombre. Azkue aplica las técnicas aprendidas, adaptadas con su filtro creativo, y combina materia prima de proximidad –carnes, pescados, marisco– con productos traídos de Italia, como los quesos, los embutidos o la pasta seca, que llega del municipio napolitano de Gragnano. Y todo con el toque de autor muy personal. Así, por ejemplo, los clásicos espaguetis cacio e pepe incorporan tartar de carabinero; los frutti di mare, caviar Osetra; y el papardelle se sirve con short rib cocido a baja temperatura.
La pasta fresca y rellena es de elaboración casera. Gnocchi gorgonzola con trufa fresca, ravioli de gambas con espuma holandesa y eneldo, rigatoni con guanciale y queso pecorino. Su capítulo de crudos, con el sello de SLVJ, merece una mención aparte: se ofrecen tres carpaccios –de gamba roja de Denia, de pulpo gallego y de solomillo– y un tartar de atún aleta azul con caviar Osetra y yema de huevo curada.
Del apartado dulce se encarga el chef pastelero Manuel Matos. El precio medio, 50-60 euros por persona.