Las Navidades llegan a su traca final. Una vez celebradas la Nochebuena y la Nochevieja, llega el momento más esperado por los más pequeños: la llegada de sus Majestades los Reyes Magos de Oriente. Millones de niños de toda España esperan ansiosos que Melchor, Gaspar y Baltasar cumplan todas sus peticiones.
Por desgracia, un año más las cabalgatas volverán a estar marcadas por las restricciones debido al aumento masivo de los contagios de coronavirus por la variante ómicron. La de Madrid, por ejemplo, no lanzará caramelos y contará solo con la existencia de 7.000 butacas a lo largo del Paseo de la Castellana. Por su parte, Cataluña ha anunciado que tanto los Reyes como los niños deberán llevar mascarilla.
La llegada de los Reyes Magos se convierte en un gran acontecimiento familiar. Sin embargo, la vida pasa y los niños dejan de ser niños. Es entonces cuando los padres se enfrentan a una de las preguntas más difíciles de responder por parte de sus hijos: "Mamá, papá. Mis amigos me han dicho que los Reyes Magos no existen, que son los padres. ¿Es esto cierto?".
¿Cómo contar a los niños que los Reyes Magos son los padres?
Lo normal es que los niños que cursen segundo o tercero de primaria les surjan estas dudas. Hay quien cree que cuanto más tiempo pasen sin saberlo es mejor, aunque es preferible que los preadolescentes (10-12 años) se enteren de la verdad para que no sean objeto de burla. Los progenitores tienen que estar preparados para ofrecer una contestación que confirme las sospechas de su hijo, y que al mismo tiempo no se sienta defraudado ante tal mentira. Por eso, conviene no mentir nunca, sino contar la verdad, pero hacerlo de una forma original.
Por eso, desde hace unos años circula en redes sociales una carta publicada por María Rubio en 2015, una vez que su hija le puso la cuestión sobre la mesa. La misiva versa de la siguiente manera:
Apreciado papá y apreciada mamá de María,
Somos los Reyes Magos. Sabemos que acaba de nacer María. Es una niña preciosa que os va a hacer muy felices a los dos. Ya sabéis que cada 6 de enero nosotros vamos en silencio a casa de todos los niños y les dejamos unos regalitos para celebrar el nacimiento del niño Jesús y para decirles lo orgullosos que estamos de ellos. Pero a partir de ahora no podremos hacerlo porque estamos muy viejecitos y cada vez hay más y más niños en este mundo. No podemos ir a casa de todos.
Además, ayer me caí del camello y me rompí el brazo (soy Melchor, un poquito torpe); Gaspar es muy lento porque camina con la ayuda de un viejo bastón y Baltasar, ¡nuestro viejecito Baltasar!, se olvida siempre de dónde tiene la lista de los regalos.
Como ves, ya estamos muy mayores y necesitamos pediros tres favores muy importantes:
Primer favor: Que nos ayudéis a poner los regalos a los niños. Cada padre y madre harán nuestro trabajo el día de Reyes: leerán las cartas de sus hijos y, con la misma ilusión que la nuestra, les pondrán los regalos como si fuéramos nosotros. Así todos los niños del mundo tendrán sus regalos y nosotros podremos descansar y ver, desde lo lejos, sus caritas de alegría.
Segundo favor: Como esto es un gran secreto, no se lo podréis decir a María hasta que cumpla los 7 años. Cuando tenga esta edad, ya será mayor y sabrá guardar este secreto. Los niños pequeños no deben saber que nosotros ya no podemos poner los regalos y que son los padres los que nos ayudan porque si no... ¿qué pensarán de nosotros? ¿dónde estará la magia? El secreto se ha de decir solo a los niños responsables, a los que ya pueden entender que nosotros les queremos mucho y que por eso pedimos ayuda a sus padres, las personas que más los quieren a ellos.
Tercer favor: Algunos padres que nos ayudan están enfermos o no tienen dinero para comprar regalos a sus hijos. Y también hay niños que no tienen la suerte de tener dos papás. Por eso, necesitamos que vuestros hijos se conviertan un poquito en Reyes Magos y compartan algunos regalos con los niños que no tienen tanta suerte como ellos.
Nada más. ¿No es demasiado, verdad?
Cuando María te pregunte por primera vez quiénes son los Reyes Magos léele esta carta. Entenderá por qué nosotros hemos confiado en vosotros para hacer nuestro trabajo: porque sois las personas que más lo queréis en el mundo y que mejor pueden ver su enorme y bondadoso corazón de perla.
Melchor, Gaspar y Baltasar.