Es ya una innegable evidencia el cambio que a corto y largo plazo sufren el sector inmobiliario y hotelero español debido a la pandemia por Coronavirus. El turismo de nivel ya no pasa en la misma medida que antes por viajar al extranjero, y los bolsillos más pudientes apuntan un claro interés en áreas vírgenes o menos pobladas.
"De vuelta a la naturaleza"
La opinión generalizada sobre cuáles son las zonas y establecimientos más atractivos y prestigiosos puede cambiar. ¿Qué está buscando la gente? ¿Lugares llenos y de lujo como Marbella, La Costa Azul, Mallorca o Ibiza? ¿O lugares más relajados y naturales? ¿Y el asunto del avión? ¿Cuánta gente descarta destinos insulares o que impliquen embarcarse en un vuelo, por corto que sea?
Hay una parte importante de la población que trata de reducir al máximo el riesgo, pero que no quiere quedarse en su casa o en su segunda residencia todo el tiempo. Por todo ello, algunos expertos consultados por elEconomista explican que, al contrario que otros destinos habituales hasta esta temporada tan extraña, que han rebajado su ocupación de forma relevante, hay pequeños paraísos, no aptos para todos los bolsillos, que tienen puesto el cartel de lleno y cuentan incluso con una larga lista de espera.
Hablamos de turismo de nivel, pero fuera de los llamados circuitos clásicos. Elena Cruz, responsable del complejo Real Agua Amarga, un oasis de lujo en el mejor lugar del Cabo de Gata, asegura que este año superan en actividad ejercicios anteriores, libres de pandemia. "Rozamos el cien por cien de ocupación, y la lista de espera crece cada día", explica la ejecutiva de la sociedad que gestiona una mansión de súper lujo, 7 villas con piscina, un hotel y un beach club en la pedanía nijareña.
"Es verdad que hemos tenido alguna cancelación, pero casi de forma inmediata se ocupan las vacantes", señala Cruz. "Los clientes buscan un cierto nivel de lujo, tranquilidad y seguridad sanitaria, y en eso somos imbatibles". La responsable de este pequeño paraíso detalla las innumerables medidas adoptadas para garantizar un nivel de asepsia que incluso supera con mucho los estándares impuestos por las legislaciones más exigentes. "Hemos tenido que cambiar los protocolos de los distintos servicios del hotel para adaptarnos a las nuevas normativas. Y me refiero a limpieza de habitaciones y zonas comunes, o a los desayunos", aclara.
Desayuno asistido
"Por ejemplo el buffet libre ha pasado a ser asistido y se han suprimido servicios de coberturas en las habitaciones", explica. "Es decir, no se pasa nadie del personal a poner un bombón sobre la colcha, para evitar al máximo que entre gente en la dependencias de los clientes", matiza la experta.
"También hemos contratado más personal para extremar la limpieza en zonas comunes y se usan productos certificados por las autoridades sanitarias", nos explica Cruz.
"A pesar de estos pequeños cambios, clientes habituales no solo no han echado de menos servicios clásicos sino que agradecen estas modificaciones, aunque ello suponga perderse algún detalle prescindible en cuanto a comodidad porque garantiza un nivel de seguridad sanitaria inmejorable", concluye la directora del complejo.
El resultado es que Real Agua Amarga llenó en julio. Y agosto "está funcionando bien, hasta el punto de rozar el lleno absoluto", según acreditan desde el propio hotel. Esto marca una llamativa diferencia con muchos destinos de costa, donde están sufriendo una catástrofe a nivel turístico, con hoteles cerrados o con tasas de ocupación que no alcanzan el 40% debido a su dependencia del turismo internacional, etc.
Sencillez y lujo combinados
¿Por qué ? La respuesta, es que "más personas eligen un lugar como el nuestro por nuestra ubicación, sin necesidad de avión, y por la paz y el espacio que podemos ofrecer. Es relevante que seamos accesibles en coche para el turismo peninsular. Aire limpio, aguas limpias. Real Agua Amarga cuenta además con una leyenda
La joya de la corona de Real Agua Amarga es una fabulosa mansión, famosa por ser residencia de príncipes y reyes. Se trata de una vivienda en la que se supone estuvieron a punto de hospedarse don Felipe y doña Letizia el año de la abdicación de don Juan Carlos. Aquel verano de 2014, al convertirse en reyes, todo cambió obviamente.
La casa se alza sobre una playa de aguas claras en el medio del parque natural, en Agua Amarga. Una web especializada incluye este lugar en el Top 20 de destinos mundiales para una luna de miel.
La residencia cuenta con acceso directo a la playa. Tiene 600 metros cuadrados en dos plantas, además de una vivienda de invitados. Varias terrazas, palmeras, piscina y unas vistas sobre la bahía de saltarse las lágrimas (sobre todo al marcharse) completan el cuadro.
No solo Felipe y Letizia se rindieron a su encanto: en la Semana Santa de 2013, Victoria de Suecia y su marido, Daniel Westling, coincidieron en Agua Amarga con Guillermo y Máxima de Holanda. ¿Adivinan dónde se alojaron?
Una opción más asequible pero a todo lujo es Real Agua Amarga La Joya. Se trata de un complejo de 12 suites con jacuzzi exterior con vistas al mar, una espectacular piscina y un exclusivo restaurante.
También cuentan con el complejo Real Las Villas: siete viviendas con todo lujo para seis personas, con vistas al mar y piscina climatizada.
La oferta se completa con el Beach Bar & Lounge del Real Beach, situado a pocos metros de la mansión y las villas. Está en la misma playa de Agua Amarga. Sobre todo es un lugar para el relax. Podemos disfrutar de un café, un refresco o un mojito, por la tarde o por la noche. Pero también hay hamacas, tendidas frente a la playa, junto a las cuales y bajo las somrillas, te sirven una cerveza bien fría. Por si alguien prefiere la vida en horizontal.