La esposa de Harry ha realizado su primera aparición pública tras dar la luz. La duquesa de Sussex, que estaba de baja durante la visita de Trump, elige de nuevo un modelo de la misma diseñadora que la vistió para su boda. La elección del atuendo esconde muchos mensajes. Y también la compañía que llevó en su carroza.
Meghan Markle lo tiene todo para ser objeto de polémicas: una mala relación con su cuñada, un hermano homeless, un padre que sacó tajada antes de su boda con un posado robado…y por si todo esto no fuera poco, la hija del hermano del futuro rey de Inglaterra viste ropa de una marca francesa, aunque diseñada por una británica.
A este paso, los carpetovetónicos súbditos de Su Graciosa Majestad partidarios del Brexit más salvaje van a llevar a Meghan Markle la Torre de Londres, donde fue ajusticiada una reina algo francófila, Ana Bolena.
Meghan ha interrumpido su baja de maternidad para enfundarse un ligero abrigo de Givenchy azul media noche para asistir al Trooping of the colours. Se trata de la parada militar más importante del Reino Unido, donde la abuela de su marido vestida con los colores de su guardia, pasaba revista de las tropas a caballo cuando estaba en condiciones de montar en público. Su aparición ha sido un mes y dos días después del nacimiento de baby Sussex, Archie Harrison Mountbatten-Windsor.
Meghan vistió el mismo tocado que usó en la boda de su prima Eugenia con Jack Brooksban, un casquete con dos plumas engarzadas. El color del conjunto era el mismo del abrigo entallado que usó entonces también de Givenchy. El nuevo atuendo de Meghan, creado por la diseñadora de la casa, Clare Waight Keller, y se compone de un vestido de cóctel combinado azul con manga corta blanca combinado con un abrigo capa azul, El escote en pico de la capa y el corte transversal de la manga estilizaba la figura de la esposa de Harry, quien, como el noventa por ciento de las embarazadas de todo el mundo, ha cogido algunos kilos tras dar a luz.
Meghan ha trabado cierta amistad con Clare, quien por cierto, es británica, de Birmighan. El pasado 2018 Meghan y la actriz Rosamund Pike fueron las encargadas de entregarle el premio de los Fashion Awards en la categoría de la diseñadora británica del año de ropa inglesa.
No es la primera vez que Meghan recurre a su ayuda, y la elección de este modelo no es casual. Expresa continuidad: todo sigue igual pese a los ataques que ha recibido por parte de la prensa sensacionalisa de todo el mundo; sigue enamorada de su marido como el día de su boda, y lo más importante, intenta recordar que es necesaria la conciliación en un momento en el que el país está dividido tras la dimisión de Theresa May, provocada por la complicada situación en la que se encuentra el Reino Unido tras la salida del Brexit.
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El presidente de su país de origen, Donald Trump, quien llegó a llamarla desagradable, aunque luego reculó, ha recomendado una salida violenta de Europa. Meghan, con su atuendo está intentando decirnos algo. La elección no es gratuita. Se trata de un vestido europeo, para más señas francés, creado por una diseñadora británica. Blanco y en botella.
La familia real casi al completo se ha reunido en el balcón de Buckhingham. Katre Middleton ha elegido un bonito vestido color vainilla de Alexander McQueen y una pamela de Philip Tracy.Los pendientes que usado son un préstamo de la reina. El paseo en carroza lo ha compartido con su cuñada y con Harry, y se ha sentado al lado de Camilla. Las dos duquesas pretenden transmitir con su actitud al mundo que no están distanciadas. Se las ha visto charlar amigablemente en el balcón de palacio.