El equipo de seguridad asignado a garantizar la seguridad del primer nieto del rey Juan Carlos está cansado del carácter díscolo del joven. Los escoltas están hartos del ajetreado ritmo de vida de Froilán (19), que les obliga a emprender viajes constantemente y a trabajar hasta altas horas de la madrugada, por lo que habrían amenazado con dimitir de su puesto.
Lo ha afirmado este miércoles el paparazzi Gustavo González, quien asegura que los escoltas se habrían negado a continuar con su labor de proteger al hijo de la infanta Elena, alegando que ellos "no son niñeras".
Al parecer, el equipo que se encarga de la seguridad de Froilán están cansado de las horas intempestivas a las que se mueve el joven la gran mayoría de las noches y también de los habituales problemas que protagoniza con porteros de discoteca e incluso con otros chavales de su edad.
La última salida del nieto real fue a Valencia, donde se trasladó con un grupo de amigos a disfrutar de sus fiestas, Las Fallas. Asistió a la mascletà desde la primera fila del público, ya que los escoltas no le permitieron hacerlo desde el mismo lugar en el que se prendían las mechas, tal y como él quería.