El Rey emérito y su hija son inseparables. Ambos comparten las mismas aficiones y disfrutan de ellas siempre que sus agendas se lo permiten, tal y como han vuelto a mostrar este pasado fin de semana. Don Juan Carlos y la infanta Elena pusieron rumbo a la localidad guipuzcoana de Lasarte-Oria para visitar el restaurante de Martín Berasategui, uno de los templos de la cocina vasca.
Allí degustaron el nuevo menú del chef, compuesto por una degustación de 12 platos y valorado en 260 euros, un precio razonable teniendo en cuenta que el cocinero tiene ocho Estrellas Michelín, tres de ellas por este local, su "casa madre", según lo define este genio de los fogones.
Entre los platos que Don Juan Carlos y Doña Elena degustaron se encontraban la nueva gilda (anchoa, guindilla y aceituna) con caldo de alcaparras grucapers y tartar de atún Balfegó; gelée de bacalao con encurtido de espárragos a la sal de Añana y su crema; ostra con jugo de olivas verdes, emulsión de wasabi y crujiente de lechuga de mar; tembloroso de frutos de mar y algas, plancton y consomé de carabinero; taco de rape a la brasa con su suquet, dados de hinojo asado y crujiente de calamar, y pichón tierno relleno de aceituna y foie gras asado al carbón con colinabo y zanahorias al pil-pil, capuchina de cacao y patata. También disfrutaron del postre: limón con jugo de albahaca, judía verde y almendra, y chocolate, café y té con quínoa crujiente.
Visita Real en el Restaurante Martin Berasategui. #restaurantemartinberasategui2018 #visitareal #familiarealespañola #3estrellasmichelin #lasarteoria #guipuzcoa #basquecountry pic.twitter.com/KMjUH3AzZX
— Martín Berasategui (@Berasategui) 17 de marzo de 2018
Tras fotografiarse con Martín Berasategui y su equipo, ambos abandonaron el local en torno a las cinco de la tarde. "Ha estado encantador, cercano y amable", aseguraban el propio chef y su mujer Oneka al Diario Vasco.
Felipe VI, en la nieve sin Letizia
Mientras el monarca y su hija degustaban la cocina vasca en uno de sus templos por antonomasia, Felipe VI disfrutó de unos días en la nieve junto a varios amigos. El Rey practicó una de sus pasiones, el esquí, en la estación de Formigal. Hasta allí acudió sin su mujer y sus hijas, que se quedaron en Madrid.